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    Canarias inaugura el museo del ‘selfie’

    Redacción

    Selfie Town, el primer museo de Canarias dedicado a las autofotos, ha abierto en la capital de Tenerife para alegría de los amantes del postureo en las redes sociales. En el interior del museo del selfie se encuentran más de 40 paredes decoradas de distinta forma, trípodes y aros de luz que invitan a hacerse fotos hasta agotar la batería del móvil.

    Detrás de este proyecto se encuentran Emilio Díaz y Lorena González, dos tinerfeños a los que un día, viendo un programa de magia en televisión, se les encendió la “bombilla”: “Recuerdo que estábamos viendo cómo un mago hacía un truco y, de fondo, usaron como decorado un museo del selfi que está en EE.UU. Aquellas imágenes nos llamaron mucho la atención”, cuentan los socios fundados de Selfie Town.

    Esa misma noche, rememora Lorena, se pusieron manos a la obra a investigar sobre la existencia de sitios dedicados a los selfis en España y encontraron que esta ‘fiebre’ por los museos de autofotos en el país acababa de empezar. Además de dos museos, uno ubicado en Madrid y otro en Barcelona, apenas encontraron antecedentes. Tras descubrir esta oportunidad de negocio, al día siguiente se levantaron y comenzaron a buscar locales disponibles en Tenerife, a diseñar logotipos y a desarrollar la idea.

    “Elegimos este sitio porque es accesible, se puede entrar con silla de ruedas o carrito de bebé. Para nosotros eso era algo muy importante”, explica Lorena. No obstante, tuvieron que trabajar mucho antes de que todo estuviera listo para la apertura del 4 de marzo: “Esto antes era un spa, así que hemos tenido que reconvertir todo. Había muchos azulejos y baños, hubo que quitar muchas cosas, pintar paredes…”, relata.

    En definitiva, hacer realidad Selfie Town les ha llevado a los dos socios fundadores a invertir “muchas horas”, ya que ambos tienen sus respectivos trabajos, -ella en el mundo de la investigación y él en el del diseño de interiores-. Sin embargo, por “la acogida que está teniendo”, consideran que el esfuerzo “ha valido la pena”.

    “Por ahora está siendo fascinante, estamos sorprendidísimos porque cada día vienen muchas personas e incluso grupos… creemos que a la gente le atrae por ser novedoso”, cuenta Emilio. Respecto al perfil de esos visitantes, en un principio pensó que el lugar gustaría a adolescentes, pero el público con el que realmente se han encontrado en este mes de andanza ha sido el de personas de entre 27 y 45 años.

    En todo el museo hay más de 40 espacios distintos para tomarse fotos, entre los que destacan una habitación oscura con luces led, una pared llena de discos, unos asientos hechos con ruedas de coche, un rincón con libros antiguos o un cuarto con confeti rosa que cuelga desde el techo. En cada espacio, los usuarios tienen libertad para posar como quieran, cogiendo los trípodes y aros de luz para desplazarse por el lugar.

    Eso sí, los decorados no permanecerán así para siempre: “Nosotros vamos preguntando a ver qué set va gustando más porque la idea es que esto sea un espacio vivo, así que habrá escenarios que se mantendrán pero habrá otros que se irán cambiando. Ya tenemos un montón de ideas para ir dándole vida”, adelanta Lorena.

    Tanto a Lorena como Emilio les encanta ver cómo los visitantes descubren qué ángulos son mejores para sacar el máximo partido al museo y muchos les etiquetan en sus fotos cuando las publican en redes sociales en lo que es un “boca a boca” que ya empieza a correr por la Isla de forma virtual.

    Fuente: Diario de Avisos.