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    Logra reducir el impacto ambiental del uso del plástico con cáscaras de naranja

    Una joven mexicana es la artífice de una curiosa alternativa biodegradable al plástico sintético contaminante

    Redacción

    Giselle Mendoza, una estudiante mexicana del Instituto Tecnológico de Monterrey y ganadora de un concurso importante, fabricó el primer bioplástico 100% biodegradable a partir de cáscaras de naranja, un material flexible, transparente y que puede ser una alternativa viable al plástico tradicional.

    Sí, la cascara de naranja es una materia prima valiosa y su uso para crear bioplásticos es una forma innovadora de reducir la cantidad de residuos y proporcionar una alternativa sostenible al plástico convencional.

    Giselle ha encontrado una forma de reciclar materiales que se consideran desperdicios y convertirlos en un producto útil y respetuoso con el medio ambiente. Además, al reutilizar materiales que de otra forma terminarían en la basura, también se reduce el impacto ambiental negativo de la producción de nuevos plásticos

    Para buscar un mayor impacto la joven participó el GSEA (Una plataforma enfocada en jovenes emprendedores y en las que les brindan premios). Giselle obtuvo el reconocimiento que merecía por su trabajo y utilizó esta oportunidad para impulsar su visión y expandir su impacto. Ahora, a través de su empresa GECO Technologies, ella está contribuyendo a reducir el impacto ambiental del uso del plástico y ayudar a resolver un problema global.

    México es uno de los mayores consumidores mundiales de botellas de plástico para refrescos. Giselle tiene como objetivo principal reemplazar los envases de PET con una alternativa biodegradable que no dañe el medio ambiente al desecharse.

    Debemos valorar el presente para garantizar el bienestar de los que vienen

    GISELLE MENDOZA
    UNA OPCIÓN PARA EL FUTURO

    Giselle afirma que México produce más de 4.5 millones de toneladas de naranjas al año, pero del 40 al 65% terminan en basura. Ella ha hecho alianzas con productores grandes y pequeños para asegurar costos bajos de materia prima, lo que resultaría en precios competitivos para el bioplástico.

    Giselle explicó que la naranja es un material rico en celulosa, y que además de ser una alternativa sostenible a los plásticos sintéticos, también puede ser utilizado para fabricar telas. Su plástico biodegradable tiene un gran potencial en diferentes industrias, como agricultura y envases, y su producción podría ser escalada a largo plazo.

    Giselle cree que la industria sostenible es el futuro y que es importante empezar ahora para reducir el impacto negativo en las futuras generaciones. “Debemos valorar el presente para garantizar el bienestar de los que vienen”, dijo.

    Fuente: viajeropeligro.com