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    Un joven español, en el experimento de fusión nuclear Sparc

    Pablo Rodríguez trabaja en el MIT, sito en Boston (Estados Unidos), y dedicado a proyectos de fusión nuclear, bajo el respaldo de Bill Gates

    Redacción

    Este joven científico, investigador en el Centro de Ciencia del Plasma y Fusión del Massachusetts Institute of Technology (MIT) ha recibido numerosos premios a su excelencia académica y es el único español que formó parte de la lista Forbes 30 Under 30 en 2021. Trabaja en Boston (Estados Unidos) en proyectos de fusión nuclear, entre ellos SPARC, un experimento que apuesta por superconductores de alta temperatura que permitirá construir reactores más compactos y baratos para su futuro uso comercial.

    En esta entrevista asegura que “renovables, fusión y fisión coexistirán” y, aunque se muestra optimista, cree que “el mayor reto de la fusión es su viabilidad técnica y, principalmente, la económica”.

    ¿Cuándo se apasionó por el mundo de las ciencias? Siempre me han atraído más las asignaturas de ciencias como la física, matemáticas, química o tecnología. Además, me apasionaba ver documentales que explicaban temas de física e ingeniería, de grandes proyectos y de preguntas y curiosidades del universo. No tenía muy claro qué carrera elegir porque ¡todo me interesaba! Finalmente me decidí por Ingeniería Industrial. Y aquí estoy, ¡de lleno en el mundo de las ciencias!

    Desde el punto de vista profesional, ¿cuál diría que es su mayor sueño? Mi sueño, desde un punto de vista profesional, es un día encender la luz de mi casa y saber que viene de una planta de fusión… de la fusión de partículas cargadas en el centro de un plasma a 200 millones de grados, confinado y estabilizado gracias al ingenio y conocimiento humano. Me gustaría que llegase ese momento y pensar que yo puse mi granito de arena, que mi trabajo a lo largo de tantos años ha servido para ayudar a que tengamos un mundo mejor. Mi sueño, desde un punto de vista más pragmático, es poder realizar el sueño anterior trabajando y contribuyendo con aspectos técnicos e investigación propia, y desde un lugar o condiciones que me permitan estar cerca de familia, amigos y cultura.

    ¿Y su mayor logro alcanzado hasta ahora? Completar mi doctorado en el MIT (Massachusetts Institute of Technology). A pesar de cambiar de Ingeniería a Física, de estudiar en una lengua no materna y de haber tenido apenas un año de experiencia previa en investigación, considero que mi etapa de doctorando fue bastante exitosa. Estudié un tema con el que la comunidad de fusión había estado luchando desde hacía dos décadas y, finalmente, pude dar una solución al problema y cerrar ese capítulo en física de plasmas. De hecho, resolver ese problema hizo que publicase en importantes revistas científicas, que fuese invitado a hablar en las conferencias más prestigiosas, y que terminase el doctorado en tiempo récord. Fue una etapa muy bonita pero también muy dura, y por ello lo considero mi mayor logro hasta el momento, ya que dio pie a los premios que vinieron después y a que me ofrecieran una posición permanente en el MIT.

    Será posible tener una planta piloto de fusión nuclear en 15 años

    PABLO FERNÁNDEZ

    Efectivamente trabaja en el MIT en el experimento de fusión nuclear SPARC respaldado por Bill Gates. ¿Qué es lo que le hace novedoso? Lo que hace novedoso a SPARC es que es el único tokamak convencional que se está construyendo con los llamados superconductores de alta temperatura (HTS por sus siglas en inglés). El hecho de que sea un tokamak convencional, como ITER, permite que su física e ingeniería hayan sido las más estudiadas en el mundo de la fusión. Esto hace que tengamos confianza en que, cuando se termine de construir, logrará los resultados que esperamos.

    PLANTA PILOTO

    “Esperamos -afirma Pablo- que SPARC nos dé las respuestas que necesitamos para comenzar a construir una planta piloto de producción eléctrica lo antes posible, que llamamos ARC y que queremos tener lista en la década del 2030”. Se trata de un plan bastante agresivo en cuanto a fechas, pero creemos que es posible y necesario si queremos que la fusión contribuya a mitigar los efectos del cambio climático. “Sí. Además, habiendo vivido de cerca la gran rapidez con la que una empresa privada es capaz de poner en marcha proyectos, atraer talento y capital y crecer en tiempo récord, estoy aún más convencido de que podríamos tener una planta piloto de fusión a principios de la década del 2030. Por supuesto, será la primera de muchas, y este prototipo no será el más optimizado y económico, pero será un gran paso para demostrar al mundo que la fusión pertenece al futuro de nuestro mercado eléctrico.

    Fuente: foronuclear.org