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    Un jardín de orquídeas que convierte al visitante en flor

    Foto: @teamLab.

    Redacción

    Convirtieron un bosque en un museo al aire libre –y lo bautizaron como Resonating Life in the Acorn Forest– y abrieron el primer museo de arte digital a escala real –Borderless Art–, en el que instalaron obras de arte en el interior de una sauna y, ahora, en su museo teamLab Planets de Tokio acaban de presentar dos nuevas instalaciones que sumergirán al visitante en una apasionante aventura y lo convertirán en protagonista de la obra.

    Para mimetizarse con la naturaleza el primer paso es quitarse los zapatos y dejarse envolver por dos experiencias inmersivas protagonizadas por orquídeas flotantes y ovoides lumínicos. El objetivo de este museo es ofrecer experiencias inmersivas y multisensoriales a través de sus instalaciones artísticas.

    Foto: @teamLab.
    Foto: @teamLab.

    Así, coincidiendo con su tercer aniversario, teamLab Planets ha inaugurado una nueva zona llamada Jardín, en la que el visitante es el que decide cómo continúa la obra artística a través de su interacción con la misma, según informa la web Conde Nast Traveller.

    El área Jardín en realidad está dividida en dos jardines: el primero, Floating Flower Garden, se despliega sobre nuestras cabezas y nos mimetiza con el ambiente; mientras que en el segundo, Moss Garden of Resonating Microcosms, unos objetos con forma de ovoide se despliegan sobre un manto de musgo emitiendo luz y sonido cuando se tocan.

    En teamLab Planets, el límite entre el cuerpo del visitante y la obra de arte se difumina por completo, introduciéndole en un universo fascinante que permite descubrir y explorar una nueva relación entre el ser humano y el mundo. Eso es lo que ocurre al entrar en el Floating Flower Garden (Jardín de Flores Flotante): que nos convertimos en otra flor que pasa a formar parte de este edén de orquídeas.

    El jardín flotante sube y baja a medida que los visitantes interactúan con el espacio artístico, repleto de orquídeas que van mimetizándose con las personas. Así, a medida que estas se mueven, más de 13.000 plantas descienden hasta situarse frente a ellas, consiguiendo que el espacio de los visitantes y el de la obra se convierta en uno solo.

    Las flores vivas que componen la obra son orquídeas epifitas, capaces de crecer absorbiendo agua del aire sin necesidad de tierra. Además, el aroma del espacio cambia del día a la noche en consonancia con los insectos que portan el polen de las flores.

    OVOIDES

    Otra de las instalaciones digitales interactivas del museo, también con sonido de Hideaki Takahashi, es la bautizada como Moss Garden of Resonating Microcosms- Solidified Light Color, Sunrise and Sunset (Jardín de musgo con microcosmos resonantes. Amanecer y Atardecer, en colores claros solidificados).

    Foto: @teamLab.

    Durante el amanecer, los ovoides que conforman esta instalación comienzan a reflejar el mundo a su alrededor, dando comienzo a esta original experiencia de arte digital. Aquí, el visitante puede interactuar con la obra moviendo los ovoides, que se caen y vuelven a erigirse liberando un peculiar sonido que es transmitido a los ovoides vecinos, emitiendo todos el mismo sonido envolvente y transportándonos muy lejos del universo terrenal.

    Fuente: Traveller.