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    Minimalismo beauty, otra forma de entender la belleza (y la vida)

    Redacción

    Lo vivido en los últimos meses nos ha enseñado a poner el foco en lo esencial, aquello realmente importante. También a ver qué era menos relevante en nuestra vida. A partir de ahí, resurge un pensamiento que reivindica la austeridad, el regreso a la pureza de lo básico, que no es más que prescindir de lo que no necesitamos, aquello que ya no nos aporta nada. Llega la era del minimalismo beauty.

    El pelo, como la piel, forman parte de nuestro cuidado fundamental. Pero cada vez necesitamos reducir el consumo, así como reducir los residuos, por eso debemos escoger lo que realmente es necesario. “Este año tan trágico nos ha servido de gran enseñanza. Como decía Francisco de Asís “necesito pocas cosas y lo poco que necesito, lo necesito poco”. Se trata de valorar lo que tenemos y reconocer su importancia por los beneficios que nos aportan, nada más, ni nada menos. En el pelo estamos viendo cada vez más cortes y color de fácil mantenimiento, pero con grandes resultados en la imagen. Se trata de sacar el máximo provecho a todo lo que hacemos y llevamos.”, defiende María José Llata, de peluquería Llata Carrera desde Santa Cruz de Bezana (Cantabria).

    El minimalismo y el consumo consciente no son nuevos, aunque sí es cierto que después de este año han cobrado mayor importancia. Hemos descubierto a un nivel global que cuidarse no requiere de tantos esfuerzos, solo de acciones y hábitos esenciales bien escogidos. “La austeridad reconoce el valor auténtico de las cosas, el sentido que tienen y eso aporta múltiples beneficios. Mejora la conciencia sobre lo que hacemos, el por qué lo hacemos y de ahí nos traslada a un bienestar emocional que es la verdadera esencia del cuidado personal. La belleza no es más que el resultado de un proceso de equilibrio interior en el que lo que vemos y lo que sentimos son vasos comunicantes fundamentales.”, añade Rafael Bueno desde su local de belleza en Málaga.

    Menos es más

    Esta máxima la popularizó el arquitecto Ludwig Mies van der Rohe y es todo un ejemplo de cómo cuando despejamos la realidad de los excesos, emerge lo verdaderamente importante porque lo dejamos funcionar, ya no hay nada que lo disturbe. “En cosmética capilar cada vez encontramos con productos más completos que atienden diferentes necesidades, las concentraciones aumentan, por eso funcionan mejor y sus beneficios se alargan en el tiempo. Nos hemos vuelto más exigentes y es bueno que así sea, ahora reivindicamos la pureza en los ingredientes sin añadidos que no aportan nada. Lo mismo sucede con los servicios, todos tienen un sentido meditado y si no son realmente imprescindibles, no se llevan a cabo. Nos hemos vuelto conscientes en todos los sentidos.”, asegura Raquel Saiz de Salón Blue by Raquel Saiz desde Torrelavega (Cantabria).

    Y es una tendencia que se consolida en otros ámbitos relacionados con la imagen, no solo la peluquería, como el modo de vestirnos, el maquillaje, así como los materiales que utilizamos y la durabilidad de los mismos. “Cada gesto de nuestro día a día es trascendental, quizá no lo percibamos, pero eso no lo hace menos destacable. Las tendencias nos orientan hacia looks cada vez más naturales, más distendidos como las coletas bajas, el efecto deshecho… Lo mismo con la coloración con el efecto raíz o las mechas que emulan las tonalidades naturales del pelo. Y, además, los productos son cada vez más sostenibles. Lo esencial es el futuro, el mood de un nuevo paradigma.”, defiende Felicitas Ordás de Felicitas Hair desde Mataró (Barcelona).

    La austeridad bien entendida es aquella en la que hay lugar para la repetición, la durabilidad, la sostenibilidad, la atemporalidad valores que se extienden con mayor calado entre nosotros. “Nuestro presente se forma de elementos que no sienten el paso del tiempo, no caducan. Y las tendencias tampoco. En un mundo que se antoja cada vez más homogéneo la individualidad toma un nuevo papel. Debemos elegir cómo es nuestra imagen, saber qué nos representa, qué queremos contar. La belleza debe ser el resultado de todo eso, un diálogo íntimo en el que te puedes ayudar de asesores que te orienten, pero en el que cada uno ha tomado sus decisiones. La forma que le damos a nuestra apariencia no es superficial, pero eso no la llenemos de elementos banales que no dicen nada. Todo debe tener un sentido y una función.”, concluye Charo García de Ilitia Beauty & Science desde Balmaseda (Bizkaia).