Redacción
Científicos de la Universidad de Granada (UGR), junto a profesionales del Hospital Virgen de las Nieves de Granada, han logrado por primera vez en el mundo curar la apnea obstructiva del sueño (AOS), demostrando así que, en contra de lo que se pensaba, no es una enfermedad crónica y que puede remitir en un 62% de los casos.
La apnea obstructiva del sueño es un importante problema de salud pública debido no solo a su alta prevalencia (afecta a hasta mil millones de adultos en todo el mundo, el 38% de la población general adulta), sino también a su amplio espectro de consecuencias clínicas y socioeconómicas. Este trastorno respiratorio del sueño está caracterizado por un colapso recurrente de las vías aéreas superiores durante el sueño y la obesidad es la principal causa atribuible.
Las obstrucciones respiratorias repetitivas durante el sueño resultan en una exposición crónica a episodios de hipoxia, hipercapnia, aumento de la actividad simpática, estrés oxidativo e inflamación sistémica. Debido a estas respuestas fisiopatológicas, la apnea obstructiva del sueño está asociada a hipertensión, dislipidemia, diabetes, enfermedades cardiovasculares y aumento de la mortalidad por todas las causas.
Actualmente, la presión positiva continua en las vías respiratorias es el tratamiento estándar de esta enfermedad. Se trata de una máquina en la que se utiliza un tubo que se conecta a una mascarilla o pieza nasal para suministrar una presión de aire constante y estable que ayuda al paciente a respirar mientras duerme. Sin embargo, es un tratamiento crónico diario, las tasas de adherencia no son las adecuadas y los beneficios a largo plazo más allá de la reducción de las obstrucciones respiratorias siguen siendo inciertos.
Cambio de hábitos
Por el contrario, la pérdida de peso a través de intervenciones conductuales alternativas o combinadas parece mejorar sustancialmente la gravedad de la enfermedad. El ensayo clínico Interapnea demuestra que un tratamiento interdisciplinar de ocho semanas de duración para la pérdida de peso y cambio de hábitos de vida —incluyendo educación nutricional, ejercicio físico, abandono del consumo de tabaco y alcohol e higiene de sueño— resultó eficaz para la mejora no sólo de la gravedad de la apnea obstructiva del sueño, peso y comorbilidades cardiometabólicas, sino también del funcionamiento diario y sintomatología psiquiátrica, aptitud física, comportamiento dietético y, consecuentemente, de la calidad de vida.
De hecho, a los seis meses de seguimiento, hubo una reducción del número apneas-hipopneas de un 57% y un 62% de los pacientes recibieron el alta médica y pudieron dejar de utilizar la citada máquina para dormir.
Los hallazgos de este estudio pionero, por tanto, tienen una relevancia importante tanto clínica como de salud pública en el área de la medicina del sueño, porque demuestra que la apnea obstructiva del sueño no es una enfermedad crónica y transmite un mensaje simple pero esencial: un tratamiento interdisciplinar para la pérdida de peso y cambio de hábitos de vida debería de ser el tratamiento estándar para ella.
Los resultados del estudio Interapnea (Interdisciplinary Weight Loss and Lifestyle Intervention for Obstructive Sleep Apnea) han sido publicados en la prestigiosa revista médica JAMA Network Open, una de las más importantes del mundo.
Fuente: El Español.