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    El primer circuito que carga vehículos eléctricos sobre la marcha

    La tecnología se basa en bobinas de inducción bajo el asfalto

    Redacción

    Los vehículos eléctricos son el futuro de la automoción, pero la carga de las baterías se está revelando como un auténtico problema de infraestructuras. Tanto en los parkings públicos y privados como en las llamadas electrolineras, no hay suficientes puntos de carga para surtir el parque automovilístico eléctrico, que aumentará considerablemente en los próximos años. 

    El otro problema que plantean los vehículos eléctricos es el tiempo de carga: la carga rápida está empezando a llegar a los nuevos modelos, pero sigue dependiendo mucho de las propias estaciones de carga, los cables utilizados y el estado de las baterías. Una carga completa puede realizarse en 30 minutos o durar varias horas, frente a los escasos minutos necesarios para repostar en una gasolinera.

    Por eso es necesario invertir en soluciones tecnológicas como la que ha puesto en marcha Stellantis, el quinto mayor fabricante de automóviles del mundo, empresa matriz de Fiat, Chrysler, Opel y Peugeot, entre otras. Ellos son los responsables de Arena Del Futuro: un circuito que cuenta con bobinas de recarga inalámbrica incrustadas bajo la superficie del asfalto, para que los coches eléctricos puedan cargarse mientras se conduce.

    Instalado en Chiari, en el norte de Italia, el sistema es un bucle de carretera de 1.050 metros cerca de la salida de la autopista A35, a media hora de Milán. Es un campo de pruebas de las tecnologías que marcarán el futuro de la automoción, como la conectividad 5G, las comunicaciones V2X (un sistema de comunicación para transferir información entre un vehículo y cualquier otro sistema), así como optimizaciones de la superficie de la carretera.

    En ese último campo destaca el sistema Dynamic Wireless Power Transfer (DWTP), que funciona gracias a unos pequeños surcos en la carretera, utilizados para colocar una serie de bobinas planas de carga inductiva conectadas a una fuente de alimentación. 

    Así, las bobinas envían energía a los vehículos que pasan por encima, siempre que estos estén equipados con un receptor. Tal y como funciona ahora, el sistema no recarga las baterías, sino que envía directamente la energía al motor eléctrico de los vehículos. De esta manera, conducir en una autopista construida con esta tecnología no gastaría ni un ápice de la batería, para que su autonomía permita recorrer las distancias que haya en carreteras que no dispongan de este sistema.

    Los tests realizados durante varios meses se han completado y Stellantis ha anunciado que la eficiencia de la transferencia de energía es “comparable a la eficiencia típica de las estaciones de carga rápida”. Además, sobre los riesgos de los campos magnéticos que se generan, la empresa asegura que no tienen “ningún impacto en el conductor y los pasajeros”, y también es seguro para los peatones. 

    La conexión de las bobinas puede ser a la corriente continua a través de un cableado relativamente fino y compacto, o conectarse directamente a fuentes de energía renovables, sin necesidad de convertirla en corriente alterna.

    Fuente: http://www.elespanol.com