Redacción
Lo que nos enseña el Wu Wei es a dejar que las circunstancias de la vida sigan su cauce sin esforzarnos en encontrarles una solución o en desviarlas de su camino. Esto no quiere decir que seamos impermeables a todo lo que ocurra o que miremos hacia otro lado, sino que nos invita a adaptarnos a lo nuevo, sin intentar modificarlo ni sufrir queriendo darle unas dimensiones que no tiene. Este método nos hace ganar en bienestar, salud mental, armonía y paz con nuestro entorno y con nosotros mismos.
Si elimináramos la incertidumbre, el apego o las expectativas, ¿seríamos más felices? Sin duda la filosofía taoísta del Wu Wei se declara a favor de lograr la dicha y la serenidad eliminando las emociones negativas como el miedo, la ira o la angustia, tener control sobre nuestra manera de percibir las relaciones con nuestro entorno va a ayudarnos a elevar nuestros niveles de bienestar. Si gestionamos nuestras emociones, si evitamos el apego y tenemos una relación sana con nosotros y lo que nos rodea podremos tener una vida más tranquila. El apego causa estrés, deseo y resistencia, emociones que nos pueden hacer sufrir y ser infelices. Aceptar la realidad y fluir con ella hace que lleguemos a un estado de calma que favorece el equilibrio emocional y mental.
El Wu Wei no dice que no es importante el objeto de nuestro apego, sino la relación emocional que tenemos con él. Si tenemos esto como máxima, si ese objeto (persona o circunstancia) cambia, se pierde, desaparece o varía de alguna manera no nos va a generar ninguna angustia. Es decir, asumimos que lo que tenga que pasar pasará y que no podemos tener el control sobre aquello que no depende de nosotros.
Esta forma de pensar, o esta filosofía vital, va a ahorrarnos mucho dolor, ansiedad y pena al hacer que podamos aceptar la vida y sus circunstancias tal y como lleguen, sin resistencia, sin esa mala costumbre de aferrarnos a algo que ya no está o que deberíamos dejar marchar. Al tener una mirada de amor, aceptación y gratitud con la vida, nuestra existencia será mucho más tranquila, dichosa y feliz. Tan solo debemos integrar el concepto de “no acción” en nuestro día a día para no intentar encajar piezas que no son del mismo puzzle, agotarnos con batallas que están perdidas de antemano o que ni siquiera son nuestras. La vida fluye y debemos fluir con ella aceptando aquello que escapa a nuestro control.
Ahorra energía vital aprendiendo a fluir
¿Podemos dejar de lado nuestros problemas para poder tener una visión más clara de nuestra existencia? Muchas veces los problemas que rondan nuestra cabeza son fruto de nuestra mente y aquello sobre lo que no tenemos control debería eliminarse de esa ecuación. Si hay algo que te preocupa, según la filosofía del Wu Wei, no deberías hacer esfuerzos para solucionarlo ya que en muchas ocasiones los creamos nosotros mismos en nuestra mente. La idea es no invertir energía en ellos, rebajar su importancia y dejar que se recoloquen. Esto anima a no darle vueltas a aquellos pensamientos que terminan siendo rumiados y que no añaden más que malestar e incomodidad en nuestra vida.
Este método oriental aboga por la observación como filosofía. Visualizar nuestra vida y sus circunstancias sin intervenir de manera activa, de esta manera estaríamos confiando en el universo y en la vida. Tal vez parezca un poco kamikaze esta forma de abrazar el mundo pero sin duda, es una forma de aligerar la carga emocional y aumentar los niveles de bienestar y calma al sentirse en armonía con la existencia.
Como el Tao confía en la armonía primigenia del universo, incita al ser humano a no intervenir en esa supuesta voluntad del mundo para no alterar el equilibrio del mismo. Hacer esto no solo requiere de confianza y paciencia, también es un ejercicio de gestión emocional tremendo que tal vez solo las almas que han logrado desligarse de ese control al que queremos someter los mortales a nuestras vidas pueden conseguir.
El Wu Wei implica no invertir energía vital en solucionar problemas que escapan a nuestro control. (Unsplash)
¿Es el universo inamovible?
Según el Wu Wei no tendríamos que intervenir en la armonía del mundo que con su sabiduría se recoloca por sí mismo y tiene un motivo de ser y una función. La idea es que, para el Tao, una planta crece sin más, sin preocupaciones, sin pensar que puede ser devorada por un animal o pisoteada, tan solo crece, vive. Lo que nos viene a decir este método es que deberíamos poder vivir de esta manera, sin darle vueltas a las cosas, sin anticipar cosas que puede que ni siquiera se den nunca, tan solo fluyendo con la existencia, algo harto difícil, al menos en Occidente dada la necesidad del ser humano de tomar el control.
Si lograremos esto, ¿qué supondría? Pues dejaríamos de invertir energía en manera innecesaria, sufriríamos menos, reduciríamos el estrés y la ansiedad y conectaríamos más con la vida, con la naturaleza, fluyendo en perfecta armonía y equilibrio.
Lo que nos pide el Wu Wei es confiar en la vida, aprovechar las circunstancias para seguir creciendo, como si nos quedáramos en el agua y no lucharemos contra corriente sino que utilizáramos a nuestro favor la corriente y el viento para desplazarnos, conectados con el universo.
Estrategias
La confianza y la paciencia vuelven a ser protagonistas. La única forma de poder mantener la calma y la serenidad en momentos desfavorables es ser conscientes del proceso transformador de la vida que está en constante movimiento y saber que lo que hoy son luces mañana pueden ser sombras y que es algo natural que se da de forma cíclica.
No deberíamos preocuparnos por lo que no tiene solución, ni hacer un sobreesfuerzo para intentar arreglarlo. Confía en que vendrán otras circunstancias que harán que todo sople a favor. Lo importante es ser consciente desde la calma, la confianza y el amor.
Darle voz a tu entorno, darle importancia a la escucha, sin juzgar y sin interferir también es una gran aprendizaje para aumentar fortalezas como la intuición o la empatía. Luchar contra las circunstancias, según esta filosofía, solo va a traerte malestar, dolor y sufrimiento.
El Wu Wei requiere de una gran fortaleza de espíritu y su contraprestación es una vida en calma, equilibrada y con más serenidad. A priori parece que es un método que necesita mucho trabajo y práctica. ¿Seremos capaces de integrar esta filosofía en la vida moderna?
Fuente: Semana