Redacción
Fue a finales del siglo XIX cuando al barón Pierre de Coubertin creó de la nada el movimiento olímpico. De linaje aristocrático, al joven francés interesado por la historia, la educación y el deporte, se le ocurrió unir sus tres pasiones y revivir una antigua tradición de la cultura griega. Sus viajes por el mundo le llevaron a la conclusión de que el ejercicio físico constituía un elemento determinante en el desarrollo intelectual de los jóvenes.
Sin embargo, sus intentos iniciales para lograr el interés de su país hacia el deporte no fueron acogidos con demasiado entusiasmo. Pero su perseverancia hizo que en junio de 1894, la Universidad de la Sorbona de París acogiera un encuentro entre Coubertin y los representantes deportivos de 11 países, lo que supuso el germen que dio fruto a los planes de restauración de los Juegos Olímpicos modernos, una idea que se materializó en 1896 en el estadio Panathinaikos de Atenas.
Fue en París, en el castillo de Mirville, un edificio construido en el siglo XVI, donde el joven aristócrata desarrolló su amor por los deportes. El Château de Mirville es considerado por muchos como el lugar de nacimiento de los Juegos Olímpicos modernos. “Es en esta casa donde se sembraron las semillas de una revolución deportiva mundial”, cuenta Jacques de Navacelle, sobrino bisnieto de Pierre de Coubertin.
En un valle de Normandía
El Château de Mirville está ubicado en una finca de 15 hectáreas en lo profundo del valle Pays de Caux en Normandía. En el corazón del castillo, el estudio privado de Coubertin hoy se ha transformado en una suite deportiva que rinde homenaje al legado del edificio en la historia de los Juegos Olímpicos modernos. La propiedad cuenta asimismo con un lago en el que su propietario original desarrolló su pasión por el remo.
Como homenaje a la figura de Coubertin, en los próximos Juegos París 2024, el castillo será una parada icónica en el relevo de la antorcha olímpica que se celebrará dentro de un año. Mientras, el 26 de julio, las puertas de la construcción recientemente restaurada a su grandeza original se abrirán por una noche para ofrecer una estancia en la que experimentar un viaje en el tiempo en busca de los orígenes de los Juegos Olímpicos modernos.
Además de dormir en la histórica construcción, los huéspedes tendrán la oportunidad de jugar con la tenista profesional francesa n°1 Caroline García en los terrenos donde supuestamente se jugó uno de los primeros partidos de tenis sobre césped en Francia, así como recorrer el castillo y acceder a exclusivos recuerdos históricos guiados por el sobrino bisnieto de Coubertin, Jacques.
Los interesados en solicitar reservar esta estancia de una noche han podido hacerlo el 18 de julio a partir de las de las 6:00 p.m. en Airbnb.
Fuente: Arquitectura y Diseño