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    Un niño de 12 años revoluciona la ciencia desde su habitación

    El menos logró realizar un experimento de fusión nuclear desde su casa de Memphis, en Estados Unidos, lo que incluyó una visita del FBI

    Redacción

    Jackson Oswalt, un joven prodigio de apenas 12 años, ha logrado lo que pocos científicos podrían imaginar: realizar un experimento de fusión nuclear desde la comodidad de su cuarto. Este logro no solo le ha valido reconocimiento mundial, sino que también despertó el interés de las autoridades estadounidenses, incluyendo una inesperada visita del FBI.

    La historia de Jackson comienza en su hogar en Memphis, Tennessee, donde, motivado por su curiosidad y pasión por la ciencia, decidió embarcarse en un proyecto que muchos considerarían imposible para alguien de su edad. Equipado con materiales que adquirió en línea y utilizando recursos limitados, Jackson logró construir un pequeño reactor nuclear casero. Según sus declaraciones, dedicó meses a investigar sobre el proceso de fusión nuclear y a diseñar su equipo con extrema precisión.

    El joven científico alcanzó un hito histórico al conseguir fusionar átomos de deuterio, un tipo de hidrógeno pesado, dentro de su reactor. Este logro lo convirtió en la persona más joven en realizar con éxito la fusión nuclear, superando incluso a otros prodigios que habían intentado hazañas similares. Su trabajo fue verificado por expertos independientes y posteriormente reconocido por el Guinness World Records.

    Sin embargo, lo que comenzó como un proyecto científico terminó atrayendo la atención del FBI. Las autoridades visitaron a Jackson y su familia para asegurarse de que el experimento no representara riesgos para la seguridad pública. Aunque no hubo consecuencias legales, este encuentro subrayó la magnitud del logro del joven y los posibles desafíos éticos y legales asociados con experimentos científicos realizados fuera de entornos controlados.

    Jackson afirma que nunca tuvo intenciones peligrosas; su único objetivo era explorar los límites de la ciencia desde una perspectiva juvenil. “Quería demostrar que los niños también pueden contribuir al progreso científico si se les da la oportunidad”, comentó en entrevistas recientes.

    Este caso ha generado un debate sobre el acceso a herramientas avanzadas y el papel de los jóvenes en la innovación científica. Mientras algunos celebran el ingenio y determinación de Jackson, otros plantean preocupaciones sobre los riesgos asociados con experimentos tan ambiciosos realizados sin supervisión profesional.

    A pesar de las controversias, Jackson se ha convertido en una inspiración para miles de jóvenes interesados en la ciencia y la tecnología. Su historia demuestra que la curiosidad y el esfuerzo pueden abrir puertas inimaginables, incluso desde una habitación infantil.

    Fuente: Diario de Avisos