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    Un héroe anónimo del VIH difunde un mensaje de esperanza en Zimbabue

    Redacción

    En 2001, cuando Reki Jimu tenía 30 años, su esposa murió con tan solo 27. Este agricultor zimbabuense, que ahora tiene 51 años, contó que dos hijos de la pareja murieron prematuramente. Ambos tenían poco peso y eran frágiles, aunque la pareja había tenido antes una niña, Faith, que ahora tiene 29 años y es madre de tres hijos.

    Jimu nació en la provincia de Mashonaland Central, en la finca de cítricos de Mazowe, y su hogar rural se encuentra en la zona de Mukumbura, en el pueblo de Chigawo.

    Dos años después de que su mujer, Tendai Goba, muriera tras una larga enfermedad, que según él mermó su peso, Jimu se sometió a la prueba del VIH y resultó ser positivo. “Mi mujer Tendai murió en 2001, sucumbiendo al sida, aunque entonces no teníamos pruebas de que lo padeciera. Tenía sarcoma de Kaposi, un cáncer asociado al sida”, cuenta Jimu.

    Su diagnóstico no apagó su afán de vivir, aunque se encontró con mucha falta de respaldo por parte de familiares, amigos y colegas. “Cuando empecé a perder peso, la gente decía que estaba siendo hechizado por mi hermano, del que decían que tenía duendes que me chupaban la sangre”, dijo Jimu sobre los mitos negativos que envuelven el VIH.

    Sin embargo, Jimu, a pesar de quedarse viudo tan joven, de la muerte de sus dos hijos y de tener VIH, Jimy nunca ha renunciado a la vida. De hecho, durante casi dos décadas, Jimu ha convivido con el VIH/Sida, gracias a no fallar en seguir el tratamiento antirretroviral. Y eso, además, hace que sienta que su vida es como la de cualquier persona sana. “¡Mira que buen aspecto tengo! Nadie puede decir que soy seropositivo. Nadie puede decir que estoy tomando medicamentos antirretrovirales, a menos que yo mismo se lo diga”, se jacta Jimu.

    Nadie puede decir que soy seropositivo

    JIMU
    FARO DE ESPERANZA

    Jimu dijo que él se ha convertido en un faro de esperanza para muchos que viven con el VIH. Afirmó que se abrió a contar su condición de seropositivo en una época en la que la gente detestaba a las personas como él y en la que el estigma del VIH/sida estaba muy extendido. “Soy una de esas personas que solían aparecer en la televisión nacional en un clip publicitario sobre el VIH/sida en el que decía que no había cruzado el semáforo en rojo, que era un pastor y que era seropositivo, anuncios que estaban patrocinados por los Servicios de Población Internacional”, dijo.

    Jimu, que ahora es un conocido luchador contra el VIH/sida en Zimbabue, no puede ocultar su gratitud al Hospital General de Chitungwiza, que, según él, le transformó en lo que es hoy: un constante educador sobre el VIH/sida.

    Fuente: IPSNOTICIAS.NET