Redacción
El estreñimiento, la diarrea y otros síntomas intestinales, además de ser sumamente molestos, pueden ser indicativos de problemas mayores de salud. Pero la comunidad científica ha ido un paso más allá en el estudio de las heces para buscar relaciones entre la frecuencia con la que vamos al baño y el estado de salud general de cada individuo.
El estudio, que fue realizado por la empresa de bienestar Arivale, buscaba relaciones entre la frecuencia con la que una persona va al baño y su estado de salud en general. Para ello, contó con una muestra de más de 1.400 adultos sanos (que no padecieran determinadas afecciones ni tomaran medicación de forma habitual) que se sometieron a una serie de estudios.
Con los mismos se buscaba comparar la frecuencia con la que iban al baño y sus datos demográficos, genéticos, metabólicos, y de su microbioma intestinal, es decir, de los microorganismos que residen en los intestinos.
Lo primero que pudieron observar es que existe una relación evidente entre algunos datos demográficos (de sexo, edad e índice de masa corporal) que eran reveladores. Las mujeres, personas jóvenes y aquellas que tenían un menor IMC presentaban una menor frecuencia en las deposiciones que el resto de los adultos estudiados.
Aunque esto no fue lo más interesante que descubrieron. El estudio demuestra que la frecuencia de las deposiciones tiene una gran influencia en la fisiología y el bienestar físico de la persona, y sugiere que podría estar relacionada con la salud a largo plazo.
El microbioma intestinal
A través de sus investigaciones, los expertos del Instituto de Biología de Sistemas observaron que la cuando las heces permanecen demasiado tiempo en el intestino y ya han descompuesto toda la fibra disponible en los alimentos ingeridos, pasan a fermentar (o descomponer) las proteínas. Este proceso genera un desecho que puede resultar perjudicial para el organismo, y que puede entrar en el torrente sanguíneo afectando a la salud de forma negativa.
Además, los investigadores descubrieron que estas bacterias beneficiosas, que descomponen la fibra, son más comunes en personas que van al baño entre una y dos veces al día. Por el contrario, descubrieron que quienes padecen estreñimiento o diarrea presentaban una mayor presencia de bacterias que no son tan beneficiosas, y que deberían encontrarse en la parte superior del sistema digestivo, y no en los intestinos.
Impacto en la salud a largo plazo
El estudio no solo observó cambios en el microbioma asociados a la frecuencia de las deposiciones. También encontró evidencia que relaciona la salud general y a largo plazo con el vaciado intestinal poco frecuente o anormal.
En particular, el estudio sugiere que las personas con estreñimiento tienen niveles en sangre más altos de ciertos químicos que se producen durante la ya mencionada descomposición de las proteínas. Estas toxinas pueden tener un impacto muy negativo sobre la salud de los riñones. En particular, encontraron niveles elevados de indoxil-sulfato, una sustancia que está relacionada con la función renal reducida. Es decir, que los riñones en personas con estreñimiento no estaban funcionando como deberían. También encontraron en estas personas niveles más altos de algunos químicos asociados al daño hepático y una mala salud del hígado.
Por último, el estudio sugiere que la frecuencia con la que las personas van al baño está también relacionada en cierta medida con la salud mental, y en particular con la ansiedad y la depresión. La investigación encontró que las personas con problemas de salud mental pueden tener patrones diferentes a la hora de ir al baño.
También hallaron coincidencias entre trastornos neurodegenerativos graves, como el Alzheimer y el empeoramiento de otras condiciones con los problemas habituales para ir al baño.
De esta forma, los expertos sugieren que la regularidad de las deposiciones puede afectar a todo el cuerpo, siendo su frecuencia anormal un factor de riesgo para desarrollar diferentes enfermedades crónicas. De hecho, indicaban que el estreñimiento podría ser un indicador temprano de otros problemas de salud que puede ayudar en el diagnóstico.
Además de analizar el impacto de la frecuencia en las deposiciones sobre la salud, el estudio ha revelado cuáles son los factores claves para tener una buena salud intestinal.
De esta forma, los investigadores encontraron que quienes consumían fibra, bebían suficiente agua y hacían ejercicio de forma regular, tendían a tener un patrón más saludable a la hora de ir al baño.
Fuente: Saber Vivir