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Con el inicio oficial del verano y la persistencia de olas de calor, las autoridades sanitarias españolas han intensificado sus esfuerzos para evitar nuevos casos. Por ello, han difundido una serie de recomendaciones destinadas a proteger la salud de la población frente a los efectos del calor extremo.
Las recomendaciones se dirigen especialmente a los colectivos más vulnerables: personas mayores, niños menores de cinco años, personas con discapacidad, pacientes con enfermedades crónicas y quienes desempeñan trabajos físicos al aire libre.
El Ministerio de Sanidad, junto con otras administraciones, ha publicado un decálogo de consejos para afrontar las altas temperaturas:
- Hidratarse con frecuencia, incluso sin sentir sed, y al margen de la actividad física realizada.
- Evitar bebidas alcohólicas, con cafeína o azucaradas, ya que favorecen la deshidratación.
- Permanecer en lugares frescos, a la sombra o climatizados, y refrescarse periódicamente.
- Reducir la actividad física y evitar el ejercicio al aire libre en las horas centrales del día.
- Vestir con ropa ligera, holgada y transpirable.
- No dejar a nadie en un vehículo cerrado, especialmente a niños, mayores o personas enfermas.
- Consultar al personal sanitario si se experimentan síntomas prolongados relacionados con el calor.
- Conservar los medicamentos en lugares frescos, ya que el calor puede alterar su eficacia.
- Consumir comidas ligeras y frescas, como frutas, verduras, zumos o ensaladas, que ayuden a reponer líquidos y sales.
También se aconseja protegerse del sol utilizando sombreros o gorras, vestir con ropa de colores claros y aplicar protector solar, que no solo protege la piel, sino que también ayuda a prevenir golpes de calor.
Se aconseja, además, evitar salir durante las horas más calurosas y permanecer en el interior de viviendas bien ventiladas. Para mantener el hogar fresco, se sugiere bajar las persianas durante el día y abrir las ventanas por la noche, cuando la temperatura desciende. Si se dispone de toldos, conviene utilizarlos para reducir la incidencia directa del sol.
En lo que respecta a la alimentación, conservar los alimentos en el frigorífico es clave, ya que el calor acelera la proliferación de bacterias y puede romper la cadena de frío, aumentando el riesgo de intoxicaciones alimentarias.

Entre los síntomas más comunes delgolpe de calor se incluyen:
- Fiebre elevada, que puede alcanzar o superar los 40 °C
- Piel caliente, seca y enrojecida
- Dolor de cabeza intenso
- Fatiga, hiperventilación, náuseas, vómitos o diarrea
Por lo que hay que estar atentos a estos síntomas.
Fuente: eldebate