Cuando se reciclen botellas de agua o refrescos se devolverá una pequeña cantidad de dinero
Redacción
Después de casi 15 años de lucha incansable, el Gobierno ha anunciado que implementará el sistema de depósito, devolución y retorno de envases (SDDR) en España.
Esta victoria no habría sido posible sin el apoyo y la perseverancia de las personas socias o donantes de Greenpeace, “que han estado a nuestro lado durante todos estos años, alzando la voz contra la contaminación por plásticos y exigiendo soluciones reales”.
El sistema SDDR está especialmente destinado a la recuperación y tratamiento de aluminio, plástico y briks. Los objetos más frecuentes para los que se establece el sistema es para envases de bebida, aunque este sistema podría aplicarse en teoría a cualquier envase, colillas de tabaco, cápsulas de café…
¿Te acuerdas cuando “devolver el casco” era algo normal en España? Pues volvemos a ello, pero esta vez con un sistema moderno y probado que ya funciona con éxito en 50 países. Con este sistema, podremos pasar de recuperar solo el 40% de los envases a más del 90%. ¡Imagina cuántos millones de botellas y latas dejarán de contaminar nuestros ríos, playas y mares!
Los números son impactantes: en España se venden 51 millones de envases de bebidas cada día, y solo se recuperan 20 millones. El resto termina contaminando nuestro medio ambiente, en vertederos o incineradoras. Pero esto está a punto de cambiar.
INCENTIVO
El nuevo sistema es simple: dejaremos al comprar un pequeño depósito (10 o 20 céntimos) por cada envase, que recuperaremos, íntegramente, al devolverlo. Un incentivo para el retorno que ya ha demostrado ser enormemente efectivo en otros países. Si la implementación comienza a finales de 2024, la ciudadanía podría “devolver el casco” en 2025.
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Esta victoria demuestra que cuando nos unimos y persistimos, el cambio es posible. Hemos enfrentado años de oposición y desinformación, pero la fuerza de la movilización ciudadana y las evidencias científicas han ganado. Lo mejor del sistema es que ahorra costes económicos y ambientales, y abre la puerta al uso masivo de envases reutilizables. Crea nuevos empleos, descontamina el medio ambiente de residuos plásticos y apuesta por una economía circular.
Lo peor será para las empresas y corporaciones contaminantes, pues se les aplicará el “quien contamina, paga”.
Seguiremos vigilantes para asegurar que el sistema se implemente correctamente y cumpla con su objetivo: proteger nuestro medio ambiente de la avalancha de plásticos que lo está destruyendo.
Fuente: Greenpeace