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    ¿Sabes qué animales no se desplazan?

    Redacción

    Usualmente, una característica que asociamos a los animales es su capacidad para moverse de un lugar a otro, ya que, a través del desplazamiento, logran realizar muchas de sus funciones vitales, tales como alimentarse, reproducirse, escapar de depredadores e incluso migrar en algunos casos.

    Sin embargo, no todas las especies animales tienen esta capacidad, sino que existen ciertos animales que no se mueven. Aunque sí pueden hacer ciertos movimientos para lograr, por ejemplo, alimentarse, no se trasladan de un lugar a otro o lo hacen de una forma muy limitada.

    Corales

    Un clásico ejemplo de animales que no se desplazan son los corales, que pertenecen al filo de los cnidarios y a la clase Anthozoa. Muchas especies de corales forman los arrecifes, que son las colonias típicas que consisten en esqueletos calcáreos producidos por los diversos pólipos que, en gran cantidad, configuran la colonia. Estos pólipos individuales son genéticamente iguales.

    Cada pólipo es un animal con forma de saco y una sola abertura, ubicada en la zona central superior, que se corresponde con la boca. En ella hay una serie de tentáculos que, en algunos casos, utilizan para cazar y para alimentarse.

    Los corales pueden reproducirse sexual y asexualmente. En la reproducción sexual tienen una fase larval en la que son móviles, aunque buscan en el sustrato marino una zona adecuada para fijarse y formar la colonia, que ya será inmóvil el resto de su vida.

    Esponjas

    Las esponjas de mar son un grupo de animales acuáticos que pertenecen al filo de los poríferos. La gran mayoría son marinas y muy pocas se encuentran en agua dulce. Como todos los animales de este artículo, se caracterizan por ser sésiles, es decir, son animales inmóviles. Además, los poríferos tienen la peculiaridad de no formar tejidos. Al contrario, están constituidos por células que son capaces de transformarse en diversos tipos celulares según las necesidades que vaya teniendo el animal.

    Al no poder ir detrás del alimento, se valen de todo su cuerpo para nutrirse. Este está formado por una serie de poros a través de los que entra el agua, que circula hasta una cámara especializada, compuesta por células particulares, donde tiene lugar la filtración del líquido y la retención de los nutrientes que requiere el animal y que serán procesados o digeridos a nivel intracelular, ya que las esponjas carecen de sistema digestivo. Finalmente, el agua sale del cuerpo por su única abertura, ubicada en la parte superior.

    Anémonas

    Las anémonas de mar son otro ejemplo de animales que no se desplazan. Pertenecen al filo de los cnidarios y a la clase antozoarios. Su vida sésil transcurre sobre diversos tipos de sustratos marinos, que pueden ser rocas, arena o incluso las conchas de algunos animales.

    El cuerpo de las anémonas es de forma cilíndrica y dispone de una base sin orificio que se fija al sustrato. En el otro extremo se ubica la boca del animal, rodeada de diversos tentáculos. Esta últimas estructuras están dotadas de unos orgánulos que contienen células especializadas productoras de una sustancia tóxica urticante, que puede ser empleada para la defensa o para la captura de presas.

    Estos cnidarios tienen una amplia distribución marítima en el mundo, encontrándose en diversos rangos de temperaturas. También pueden habitar a diferentes profundidades e incluso son capaces de resistir fuera del agua gracias a un mecanismo de protección temporal que les permite llenarse de líquido y retenerlo para no secarse.

    Percebes

    Los percebes pertenecen al grupo de los crustáceos. Son animales marinos que en su vida adulta se caracterizan por ser totalmente sésiles, viviendo fuertemente fijados a diversos sustratos, como las rocas, aunque incluso tienen la capacidad de adherirse a distintas embarcaciones, lo que resulta un inconveniente cuando la cantidad de percebes es numerosa, puesto que interfieren con la velocidad de navegación. Algunos de estos animales ocupan la zona de intermareas, lo que implica que pueden quedar expuestos a la desecación por la acción del viento.

    Una de sus principales características es estar cubiertos por una concha de tipo calcárea, de donde salen unas estructuras conocidas como cirros que utilizan para retener las partículas nutritivas con las que se alimentan. Sin embargo, algunos dependen del movimiento del agua, más que de sus cirros, para poder alimentarse, ya que logran nutrirse a través de la circulación del líquido.

    Animales musgo

    Este grupo corresponde al filo Bryozoa, que se compone de diversas especies de animales que no se desplazan en su fase adulta y que forman colonias. Son conocidos, en ocasiones, como animales musgo, dada su apariencia similar a estas plantas. Viven sobre diversos tipos de sustratos, como rocas, arena e incluso algunos tipos de algas. La mayoría de las especies son marinas, aunque hay unas pocas que habitan aguas dulces.

    En cuanto a la alimentación, se nutren por filtración y se valen de la presencia de una corona de tentáculos que produce una corriente de agua para que el alimento, constituido principalmente por fitoplancton, llegue hasta los cilios, encargados de atrapar los nutrientes que posteriormente serán llevados hasta la boca del animal. En este artículo te hablamos de otros animales filtradores.

    Mejillón azul

    El mejillón azul (Mytilus edulis) es una especie de molusco bivalvo que, si bien en sus primeras fases de vida tiene la capacidad de movilizarse, cuando es un adulto juvenil bien desarrollado se fija a un sustrato de forma permanente. Se ubica en profundidades de entre 5-10 metros, pero, también, con frecuencia, en zonas de intermareas.

    Una peculiaridad de estos animales es su capacidad para soportar temperaturas de congelación por algunos meses. Se alimentan por filtración de fitoplancton y de zooplancton. Cuando se asientan de forma definitiva lo hacen aglutinándose, por lo que es común observar las agrupaciones de estos animales, lo que es perjudicial para los individuos más viejos, que terminan asfixiados por los jóvenes que se adhieren sobre ellos.

    Plumas marinas

    A pesar del nombre de este grupo de cnidarios, no todos tienen la forma de una pluma de ave. En concreto, la comparación puede establecerse con los que pertenecen al suborden Subselliflorae. Las plumas marinas, si bien pueden cambiar de ubicación, son realmente sésiles, ya que se anclan en el sustrato arenoso con la base del cuerpo y ahí permanecen, posicionándose a favor de las corrientes y formando colonias.

    Sus cuerpos están formados por pólipos que se van especializando en diversas funciones, para lo que sufren cambios. Entre estas funciones encontramos la sujeción al sustrato, la alimentación y la reproducción. Una peculiaridad de algunas especies de plumas marinas es la exhibición de hermosos colores, así como su capacidad de bioluminiscencia, es decir, de emitir luz visible.

    Fuente: Experto Animal.