La ONG de origen escocés se fundó en el 2002 y empezó a alimentar a niños de Malaui (África)
Redacción
El premio Princesa de Asturias a la Concordia ha recaido en la fundación Mary’s Meals, una organización que se encarga de escolarizar y de alimentar a dos millones y medio de menores de regiones empobrecidas del mundo.
Elisabeth Alexandra zu Löwenstein, presidenta de Mary’s Meals España, Amina Swedi, directora para Kenia, y Panji Kajani, director para Zambia y Zimbabwe (Malaui) mantiene un encuentro con organizaciones y miembros del voluntariado social asturiano en el que repasa la trayectoria de su organización, su modelo de éxito y algunos de los principales logros conseguidos a lo largo de su historia.
Mary’s Meals, una oenegé de origen escocés que desarrolla en 18 países del mundo proyectos de alimentación escolar, ha sido galardonada con el premio Princesa de Asturias de la Concordia 2023. El jurado ha elogiado su modelo “imaginativo y eficaz” para optimizar los recursos y proporcionar cada día alimentación a más de dos millones de niños en zonas afectadas por la crisis alimentaria y ha decidido premiar a la organización “por su ejemplar dedicación a paliar algunos de los problemas más acuciantes del mundo actual”. Hasta 47 candidaturas de 18 nacionalidades se habían presentado al galardón.
Fue una visita en el 2002 a Malaui del fundador de la organización, el escocés Magnus MacFarlane-Barrow, la que supuso el inicio de la oenegé. Allí, MacFarlane-Barrow, que ya había estado anteriormente involucrado en proyectos de ayuda internacional, conoció a Emma, una mujer gravemente enferma de sida que tenía seis hijos. Y la contundente respuesta que el mayor de ellos, Edward (14 años), dio a la pregunta de qué quería hacer en la vida sirvió de semilla para lo que hoy es Mary’s Meals. “Quiero tener lo suficiente para comer y algún día ir al colegio”.
Antes que en Malaui, en 1992 MacFarlane-Barrow veía junto a su hermano en un pub de Argyll (Escocia) las noticias sobre la guerra de Bosnia. Entonces decidieron poner en marcha una campaña local para recoger comida, ropa, medicinas y donaciones económicas para enviarlas a los campos de refugiados. Tres semanas más tarde, ambos partían rumbo a Bosnia para entregar la ayuda, y al mes siguiente, Magnus MacFarlane dejó su trabajo en una piscifactoría para dedicarse a la ayuda humanitaria.
COMIDA Y EDUCACIÓN
La organización, que proporciona comida diaria en los lugares en los que se imparte educación para atraer hacia las aulas a los niños y las niñas que sufren pobreza crónica, empezó en el 2002 a alimentar a 200 niños del país africano de Malaui. Dos décadas después ya son 2.429.182 los beneficiados en África, Asia, el Caribe, Europa del Este y Sudamérica. Además, ofrece apoyo a un hogar en Rumanía para jóvenes con VIH que fueron abandonados de niños.
El lema de Mary’s Meals es ofrecer una solución sencilla para combatir el hambre en el mundo, y su ambicioso objetivo es que estos niños cuenten con por lo menos una comida diaria y que la escolarización se dispare, como contó el propio fundador en una entrevista en La Contra en el 2012; una acción que no hacen cerca de 67 millones de niños de primaria en el mundo.
MacFarlane-Barrow ideó un sistema que permite una reducción máxima de costes y que consigue que con solo 21,63 euros al año se pueda alimentar a un niño cada día que asiste a la escuela. Las comidas son cocinadas y repartidas en su centro escolar por personal voluntario de la comunidad beneficiada, y cada niño tiene su recipiente para poder comer, ya que es la forma de comprobar que pertenece a una escuela de la organización y que asiste diariamente a clase.
Fuente: lavanguardia.com