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    Premian la máquina para conservar alimentos creada por una estudiante de 20 años

    La joven vasca ha revolucionado la conservación de alimentos de forma sostenible

    Redacción

    Maitane Alonso es la estudiante de Medicina de la Universidad del País Vasco que, con tan solo 19 años, recibió el primer premio en Sostenibilidad y el segundo en Microbiología por su innovadora máquina para conservar alimentos que presentó en el certamen más importante del mundo de ciencia y tecnología organizado por el prestigioso Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT).

    Esta futura doctora ha inventado, desarrollado y patentado un sistema de conservación de alimentos más económico, rápido y sostenible que toda la oferta existente en el mercado. Con solo 20 años, ahora convierte su sistema en una empresa, Innovating Alimentary Machines, que dará que hablar durante la próxima década.

    La inquietud y curiosidad de esta joven bilbaína le llevó a desarrollar una tecnología para conservar la comida de forma sostenible, cuando aún no había cumplido los 16. Según cuenta la protagonista, la idea nació de su propia preocupación por la cantidad de comida que sobraba en las barbacoas familiares.

    Aquello le llevó a hacerse muchas preguntas y fue el origen de la investigación que empezó a llevar a cabo y que le sirvió para darse cuenta de la problemática que vivimos: un 30% de la producción de alimentos mundial acaba desperdiciándose por la mala conservación. Y el desperdicio de alimentos acarrea desperdicio de recursos naturales como el agua. Solo en un año, se malgasta un equivalente a cien millones de piscinas olímpicas únicamente con los alimentos desechados.

    A partir de aquí, Maitane empieza a indagar sobre cómo frenar el desperdicio de alimentos. Pero no fue hasta que un buen día, su hermano se olvidó las zapatillas de deporte junto a un generador de cargas eléctricas que había comprado su familia. De repente se dio cuenta de que el olor de las zapatillas había desaparecido y ató cabos. “Me plantee qué pasaría si eliminaba los olores que había presentes en los alimentos: ahí empecé a diseñar la máquina con este método, que he llamado envasado con aire tratado”, comenta la estudiante.

    Intel ISEF en Phoenix, de la Society for Science & the Public

    A través de descargas eléctricas, la máquina separa moléculas del aire que después se impulsan por encima de los alimentos, de manera que estas moléculas divididas o separadas eliminen los microorganismos que causan el olor y estropean la comida. De este modo consigue alargar la vida útil de los alimentos.

    Maitane fabricó su primer prototipo contra el desperdicio de alimentos con cosas que tenía por casa para después ir afinando con pruebas más científicas. El primer modelo estaba pensado para reducir el desperdicio en hogares, y con él, la estudiante se presentó en la Zientzia Azoka de Elhuyar en Euskadi, donde recibió el primer premio. Este reconocimiento la lanzó al certamen más importante a nivel estatal, la Exporecerca Jove, donde también obtuvo el primer premio, y llevándola a la convención de ciencia de Chile.

    Con su máquina para conservar comida, Maitane Alonso combate algunas de las causas que provocan la pérdida de toneladas de comida a escala mundial cada año. Su laureado proyecto ha recibido la atención de la NASA y el primer premio en el evento de ciencia y tecnología más importante del mundo.

    La idea, explica la joven, sigue la misma lógica que la de las zapatillas de su hermano: consiste en tratar el aire dentro de un envase mediante descargas eléctricas para que sean las propias moléculas del aire las que maten a los microorganismos y, de esta manera, se alargue la vida útil de los alimentos.

    Fuente: Alimentos sin Desperdicio y Nobbot