El equipo del filme quiere reducir la huella de carbono que el rodaje dejará en el medio ambiente y, además, participar en acciones de reforestación a modo de compensación
Redacción
Los rodajes cinematográficos emiten toneladas de CO2 (dióxido de carbono) a la atmósfera, generan muchos residuos y, por lo tanto, dañan el medioambiente, contribuyendo así al calentamiento global. Por este motivo, el equipo de la película Cerdita ha elaborado un protocolo de actuación en el que el objetivo principal es reducir todo lo posible la huella de carbono que dejará tras de sí.
Cerdita es una película de intriga y suspense escrita y dirigida por Carlota Pereda. El filme se inspira en el cortometraje homónimo que le valió a Pereda numerosos galardones, entre ellos los premios Goya 2019 y José María Forqué al Mejor Cortometraje de Ficción, o el Slamdance Russo Brothers Fellowship (beca para un cineasta seleccionado por los hermanos Russo, directores de Los vengadores o Capitán América).
El rodaje se está llevando a cabo desde junio en Villanueva de la Vera (Cáceres) y, además de hacerse de forma sostenible para evitar producir demasiado CO2, el equipo se ha comprometido a participar en actividades de reforestación a modo de compensación por los gases de efecto invernadero que emita la realización de la película.
Todos los profesionales que participan en esta cinta -producida por Morena Films– también disfrutan de recursos para conciliar su vida familiar con el trabajo, una iniciativa inspirada en Le Ballon Rouge, la guardería para niños y niñas del festival de Cannes.
La película (que protagonizan Laura Galán, Richard Holmes, Carmen Machi, José Pastor, Claudia Salas, Irene Ferreiro, Camille Aguilar y Pilar Castro) trata de una chica, Sara, para la que el verano significa tener que soportar las continuas burlas sobre su cuerpo que le hacen las otras jóvenes del pueblo. Sin embargo, todo cambia cuando un desconocido llega al pueblo y secuestra a sus acosadoras.
Fuentes: Fotogramas, Cine Europa.