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    Practicar paddel surf y ayudar a la ciencia y al medioambiente

    Los promotores de Surfing for Science han aprovechado la popularidad de esta actividad para que los deportistas recojan microplásticos

    Redacción

    Un estudio reciente, publicado en Sostenibilidad de la naturaleza (nature.com) y que lidera la Universidad de Cádiz, concluyó que el 80 % de la basura que llega al mar es plástico.  Según las previsiones científicas, para 2040 estos residuos podrían duplicarse si no tomamos medidas. Nuestra forma de vida ha llevado a esta situación.

    Este material cuando se degrada se convierten en microplásticos de menos de 5 milímetros. Todo ello crea un efecto en cascada que repercute no solo en la salud de los océanos, sino también en la de los seres humanos que los consumen en su dieta a través de otros animales, como el marisco.

    Foto: Naja Bertolt Jensen en Unsplash

    La mayoría de las investigaciones sobre estos contaminantes se han realizado en playas o a mar abierto. Sin embargo, la información sobre microplásticos a pocos metros de la costa es escasa.

    Hacer un seguimiento de la contaminación de estos materiales es complejo. En algunos lugares, como aquellos que tienen poca profundidad o están frecuentados por bañistas, la obtención de datos por parte de barcos oceanográficos se torna imposible.

    Los voluntarios del proyecto de ciencia ciudadana Surfing for Science remaron en paddle surf u otros tipos de embarcaciones de tracción humana durante una milla náutica, arrastrando una red de captura de plástico flotante especialmente diseñada para el proyecto”, explica a SINC Anna Sànchez Vidal, profesora de la Universidad de Barcelona (UB), que forma parte de la colaboración científica de esta iniciativa.

    La colaboración ciudadana aporta mucha resolución al estudio. A lo largo del proyecto han pasado centenares de voluntarios y sin ellos no se podría haber realizado tantos muestreos

    Voluntarios que practican paddle surf en las playas de Barcelona. Foto Sinc

    Lograron implicar a un total de doce colectivos de ciudadanos (deportivos, sociales, educativos y ambientales) que han conseguido una resolución espacial y temporal de gran alcance, inabarcable para cualquier institución.

    Hemos estado recogiendo muestras desde octubre hasta julio, incluidos todos los meses de invierno. En julio recogimos la última y ahora iniciamos los trabajos en el laboratorio y de publicación y difusión de los resultados”, explica la científica.

    La colaboración ciudadana aporta mucha resolución al estudio. A lo largo del proyecto han pasado centenares de voluntarios y sin ellos no se podría haber realizado tantos muestreos.

    Las redes muestrearon con una frecuencia semanal o quincenal, desde el Cap de Creus hasta el Delta de l’Ebro, cubriendo buena parte del litoral catalán (Llançà, Palamós, Arenys, Montgat, cinco puntos en Barcelona, Castelldefels, Salou y l’Ampolla, entre otros puntos).

     El número de estudios de ciencia ciudadana sobre plásticos en el medio marino ha aumentado durante las últimas décadas. Sin embargo, la mayoría se han centrado o bien en los macroplásticos -que son más fáciles de observar y muestrear por voluntarios en comparación con los microplásticos-, o bien en el monitoreo de playas donde los participantes cuentan e informan los tipos de productos que encuentran.

    Los impactos en la salud humana son actualmente objeto de muchos estudios, pero nuestra labor con el proyecto Surfing for Science es exclusivamente conocer el impacto en los ecosistemas marinos

    Residuos recogidos en Cataluña. Foto: Sinc.

    Paddle Surfing for Science incorpora estas muestras de microplásticos flotantes en el medio ambiente marino con una resolución espacial y temporal no llevada a cabo por ninguna institución hasta la fecha.

    Los primeros resultados obtenidos evidencian que las aguas de las playas de Barcelona tienen concentraciones de entre 2.000 y 9.100.000 ítems de plástico por km2 (media de 700.000 ítems/km2), con valores mínimos registrados en la playa de Mar Bella y máximos en la playa de Sant Sebastià, en octubre de 2020. El 90 % de los ítems de plástico recogidos son microplásticos (tamaño < 5 mm) de naturaleza film (42 %, restos de bolsas o botellas), fragmentos (35 %, restos de objetos duros) o filamentos (14 %, restos de residuos de pesca o césped artificial).

    Acabar con este problema pasa por disminuir al máximo el consumo y uso de plástico y, si es inevitable, utilizarlos el máximo de veces posible. ¿Cómo podemos ser capaces de utilizar una sola vez un producto que tarda más de mil años en degradarse? Y no hablamos de platos, cubiertos y pajitas que van a regularse en breve. También nos referimos a botellas de bebidas, embalajes de productos, etc.

    FuenteEnergias Renovables y Mundo Geo