Un proyecto de Bicicletas sin Fronteras ha facilitado que 7.000 alumnos africanos sin transporte escolar se desplacen a los centros educativos y obtengan mejores notas
Redacción
La bicicleta es una herramienta hipertransformadora de la sociedad: mejora la movilidad, la autonomía individual, el medio ambiente y la economía. “Y en África su poder es todavía mayor” afirma Romá Boule.
Esta convicción llevó a este español de Sabadell a poner en marcha hace una década Bicicletas sin Fronteras, un proyecto en Senegal que facilita bicis a alumnos que viven lejos de los institutos (de 2,5 a 7 kilómetros), con lo que se reduce mucho el absentismo. “En general, los estudiantes que empiezan a ir en bici mejoran su rendimiento y reducen los suspensos”, explica este cooperante.
El sistema es sencillo: las familias de los alumnos pagan 9,5 euros al año y, a cambio, reciben un velocípedo en préstamo durante todo el curso, así como las reparaciones y recambios necesarios en el caso de que tenga algún problema. “Esto se convierte en un sistema de movilidad autosostenible económicamente, y a un precio muy razonable”, comenta Boule.
Tienen 1.700 bicis repartidas entre los estudiantes de nueve institutos y en unos días esperan llevar otras 400. En siete años, han conseguido beneficiar a 7.000 jóvenes senegaleses, en la zona rural de Palmarin (situada en la costa) y en otros pueblos a 70 kilómetros a la redonda.
Este catalán, apasionado de las dos ruedas y cuya vida transcurre entre España (Girona) y Senegal, incide en el potencial transformador de este vehículo no contaminante: “La gente que se sube a una bici suele ir contenta y eso ya es un cambio muy importante. Nunca he visto a dos ciclistas peleándose, pero sí que se pelean los conductores de coches. Además, en Senegal no hay transporte escolar, así que la diferencia entre tener y no tener una bicicleta puede ser la diferencia entre ir o no ir al instituto”.
El proyecto se centra en los estudiantes que viven más lejos de los institutos (suele haber educación primaria casi en cada pueblo, pero no secundaria). Algunos de ellos tienen que andar hasta siete kilómetros para acudir a clase, o bien desplazarse en un coche privado, un gasto muy alto para muchas familias. “Coger un coche durante tres semanas cuesta lo mismo que una bici durante todo el año con nosotros”, afirma. Estas tampoco son baratas: “Una de segunda mano puede costar unos 100 euros, cuando el salario mínimo son 110 euros. Es como si en España estuvieran a 1.000 euros. Y están hechas polvo”.
La baobike es la bicicleta para la educación
BOULE
VEHÍCULO SIN COSTE
La iniciativa facilita un vehículo en préstamo durante todo el curso, con lo que el alumno tiene autonomía para ir y volver de manera rápida y sin coste (salvo los 9,5 euros anuales que paga su familia). Desde la fundación han comprobado que, en general, estos estudiantes mejoran la asistencia y el rendimiento académico. La Universidad de Barcelona (UB) acaba de iniciar un estudio de impacto para ponerle cifras a este cambio, tal y como confirma una portavoz del Grupo de Investigación e Innovación en Trabajo Social de la universidad catalana.
Boule comenzó llevando bicicletas usadas donadas en España, pero al poco tiempo se dio cuenta de que no era efectivo: muchas estaban en mal estado, duraban poco tiempo y repararlas requería de demasiadas piezas distintas (porque cada una era de un modelo diferente). Así que habló con la fábrica de Moma Bikes y, juntos, diseñaron una específica: se llama baobike (un juego de palabras entre bici y el árbol africano baobab) y es amarilla, unisex, sencilla y casi nunca se estropea. Si lo hace, las piezas son siempre las mismas en todos los talleres.
TAMBIÉN EN GHANA
En el año 2010, Dapaah y compañía materializaron dicha idea y crearon el primer prototipo de las Ghana Bamboo Bikes, bicicletas hechas con bambú que dieron origen a la compañía que hoy se establece en Kumasi y cuyo éxito les ha permitido vender más de 1.000 ejemplares de este vehículo sustentable.
En cuanto a la sustentabilidad y la protección del medio ambiente, por cada pieza de bambú utilizada en la fabricación se plantan otras diez para la conservación, y gracias a que el bambú es un árbol que crece muy rápido se obtienen beneficios más pronto de lo que se piensa. Todos los materiales usados para la construcción de estas bicicletas son fáciles de reparar y de reemplazar, muy económicos y de fácil acceso para presupuestos reducidos.
Fuente: bicicletassinfronteras.org * sustentartv.com y elpais.com/planeta-futuro