Redacción
El nombre de esta planta tiene una historia desde la Antigua Grecia, allí se dice que existía un hombre que estaba enamorado de su propia imagen, quien los dioses lo convirtieron en una flor. Muchas son las especies pertenecientes a ese género, en su mayoría originarias de las regiones del Mediterráneo, pero también de Asia y de otras zonas de Europa. Existen centenares de variedades. Todas tienen las hojas delgadas y flexibles, en forma de cinta. Las dimensiones y los colores de los narcisos son sumamente variables.
El Narcissus poeticus es uno de los principales predecesores de los numerosos híbridos actualmente existentes. Especie muy conocida por sus flores blancas o amarillas bien perfumadas, provistas en el centro de una pequeña paracorola en forma de copa, de color amarillo-naranja o naranja-rojizo, y que se abren a finales de abril o mayo y son soportadas por unos tallos que alcanzan unos 30 cm de longitud.
Técnicas de Cultivos
Primavera y verano: Coloque las plantas en una posición soleada y mantenga el substrato constante y uniformemente húmedo. Cuando a finales de primavera, las flores se marchiten y las hojas empiecen a volverse amarillas, reduzca gradualmente los riegos, sin dejar secar completamente el terreno hasta que el follaje este totalmente muerto. La aridez durante este período retrasa el desarrollo de los bulbos y puede tener como resultado una floración escasa.
En verano los bulbos están en reposo y prefieren una posición cálida y soleada. El Narcissus serotinus es una planta que florece en el otoño y requiere otro tratamiento. Durante los meses de verano deje el terreno seco y comience a regar, siempre con moderación, solo a finales de la estación, cuando se inicia el crecimiento y se prepara la floración invernal.
Otoño e invierno: Plante los bulbos a principios de otoño (los de Narcissus serotinus deben ser plantados en primavera). Entiérrelos a una profundidad equivalente a tres veces la altura de los propios bulbos, por ejemplo, coloque un bulbo de 5 cm en un agujero de 15 cm, y cúbralo con 10 cm de tierra.
La elección del terreno es muy importante, la mayor parte de las especies requiere humedad y por consiguiente lo ideal es un substrato a base de turba. Si bien las reservas del bulbo son perfectamente suficientes para las especies de grandes dimensiones, estas últimas pueden debilitarse después del primer año y necesitan unos años para florecer de nuevo.
Consejos para una buena reproducción
Las plantas se multiplican separando los bulbos, después de desenterrarlos y plantándolos de uno en uno. De este modo proceden a la floración tras uno o dos años.
Las plantas de narciso pueden obtenerse también a partir de semillas, poniendo estas a 3 mm, de profundidad en unos recipientes con el compost adecuado, a finales de verano o principio de otoño. Mantenga el terreno húmedo y a una temperatura de 7° C. Este método tiene la desventaja de que los nuevos bulbillos necesitan entre tres y cinco años para florecer por vez primera.
Fuente: Facilísimo