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    Los gatos, aliados contra el riesgo cardiovascular

    Redacción

    Los beneficios que pueden aportar las mascotas en nuestra vida se han confirmado con diversos estudios. Tanto perros y gatos tienen efectos positivos y no únicamente en el bienestar mental. Los estudios, no obstante, son diversos y no todas las conclusiones son igual de rotundas. Lo más llamativos es que en la idea popular son los perros quienes nos pueden aportar más beneficios. Los gatos, con su talante independiente, parecería que van demasiado a la suya para aportarnos nada.

    Esa idea no refleja en absoluto lo que dicen algunos estudios. Uno de los más amplios e importantes, de la Universidad de Minnesota (Estados Unidos), apunta que un gato comporta menor riesgo de infarto incluso que tener perro. No son pocos los expertos que avalan tener un gato. Entre ellos, el doctor Mariano Nápoli, un cardiólogo argentino que se ha hecho eco de este estudio de Minnesota

    “Se hizo un seguimiento de más de cuatro mil personas durante más de veinteaños y se comprobó que quienes tenían gato bajaban hasta un 33% el riesgo de mortalidad por infarto”, ha explicado el doctor Napoli. Los resultados fueron constantes incluso después de que se hicieran ajustes por edad, tabaquismo, diabetes o sobrepeso entre las personas estudiadas.

    Lo más sorprendente es que este efecto protector no se detectó de una manera tan clara cuando la persona tenía un perro como mascota. ¿Tener gato es más saludable?

    Según explica el doctor Napoli, el motivo de estos beneficios es que interactuar con un gato “puede reducir el estrés, bajar la presión arterial y estabilizar el ritmo cardíaco”. Obviamente, todo son factores que contribuyen a proteger el corazón.

    También se ha de constatar que, si bien la protección por un infarto fue clara, esta reducción de riesgo no fue tan concluyente en el caso de ictus, porque apenas se vieron casos. Cuando el análisis se hacía de manera global, como mortalidad por causa cardiovascular, sin especificar el motivo concreto, los resultados eran más robustos. Siempre eran más positivos para aquellos que habían tenido un gato durante al menos algún momento de las dos décadas el estudio. “Menos infartos, pero más pelo”, bromea el cardiólogo.

    Otro estudio más concreto, con 32 dueños de gatos, observó que la interacción de diez minutos con los gatos comportaba cambios en el sistema nervioso, con una reducción del cortisol (la hormona del estrés) y un incremento de la oxitocina (la del amor). Su conclusión es que esta interacción y los efectos sobre el sistema nervioso también puede tener efectos positivos en nuestra salud.

    Uno o dos estudios pueden aportarnos pistas, pero las autoridades sanitarias rara vez le dan carta de verdad científica concluyente. Por eso, en lenguaje científico el verbo más usado es “sugerir” al sacar conclusiones sobre sus resultados. Los resultados sugieren un beneficio.

    Todos los estudios, incluso lo que implican a tantas personas como el de Minnesota, se han de leer con detenimiento porque hay muchos factores que pueden distorsionarlos.

    Al final, de las miles de personas que participaron no hubo tantas que sufrieran infartos como para que no se planteen dudas. Y eso es lo que ha hecho un organismo tan prestigioso como la Asociación Americana del Corazón.

    Este organismo sostiene que hay suficientes estudios sobre mascotas como para confirmar que pueden ser beneficiosas en la saluda cardiovascular. Sin embargo, creen más importante el hecho de que el perro nos obligue a pasear y estar activos, como un factor de protección.

    Señala que la evidencia en gatos es “heterogénea” y es arriesgado afirmar que el contacto con nuestros peludos sea un tratamiento frente al riesgo cardiovascular. La Sociedad Española de Cardiología se ha expresado en parecidos términos: beneficio plausible pero menos concluyente en gatos que en perros.

    Qué otros beneficios aportan los gatos

    Con todo esto lo que nos vienen a decir los expertos es que no es lógico adoptar un gato para evitar tener ictus o infartos. Pero que, si te gustan los gatos, no te frenes porque han señales de que nos puede ser beneficioso.

    Y no solo en riesgo cardiovascular. Hay unos indicios bastante claros de que las mascotas nos ayudan al bienestar emocional. Los gatos calman, como hemos dicho, aportan apoyo social frente a la sensación de soledad en personas mayores, y mejoran el ánimo.

    Otros estudios han apuntado a que quizás un contacto temprano con mascotas reduzca el riesgo de alergias en los niños. Sin embargo, este punto es mejor dejarlo en duda puesto que han aparecido análisis posteriores cuestionando los resultados.

    La conclusión que debemos extraer si somos más personas de gatos que de perros es que hay que complementar los beneficios que nos aporta con una caminata por nuestra cuenta, para que la protección cardiovascular sea mayor.

    Fuente: Saber Vivir