Redacción
Puede que sentarse en el suelo no sea tan cómodo como sentarse en una silla, pero se trata de una práctica excelente para la longevidad, tal y como revela una investigación realizada en las poblaciones más longevas del mundo, aquellas que viven en las denominadas zonas azules.
Estas regiones, donde la esperanza de vida es superior a la media mundial y habita un número considerable de personas centenarias, son la isla de Okinawa en Japón, la Península Nicoya en Costa Rica, la isla de Icaria en Grecia, Loma Linda en California, o Barbaglia en la isla italiana de Cerdeña.
Centrándonos en la isla japonesa, además de factores como la famosa dieta de Okinawa o el ejercicio físico, sus longevas mujeres tienen por costumbre sentarse la mayor parte del tiempo en el suelo, ya que el interior de los hogares es minimalista y únicamente hay un mínimo de muebles.
«Pasé dos días con una mujer de 103 años y la vi levantarse y bajarse desde el suelo unas 30 o 40 veces, así que son como 30 o 40 sentadillas diarias», dice Dan Buettner, fundador de Blue Zones.
Precisamente, una nueva investigación publicada en el European Journal of Preventive Cardiology sugiere que la capacidad para ponerse de pie desde una posición sentada en el suelo con las piernas cruzadas, y sin usar ninguna de las extremidades, es un buen indicador de longevidad y de riesgo de mortalidad por todas las causas.
Quienes son menos capaces de completar este movimiento tienen 5 o 6 veces más probabilidades de morir que los que son más capaces de completar la tarea.
«Es bien sabido que la aptitud aeróbica está fuertemente relacionada con la supervivencia, pero nuestro estudio también muestra que mantener altos niveles de flexibilidad corporal, fuerza muscular, relación entre potencia y peso corporal y coordinación», destaca la investigación.
Este hábito no solo es bueno para realizar las actividades diarias, sino que tiene una influencia favorable en la esperanza de vida, explica Claudio Gil Araújo, principal autor del estudio.
Puedes tomar nota y pasar de estar en una posición sentada en el piso a una posición de pie, varias veces al día. Es bueno a todas las edades, mejora la condición física y la movilidad músculo-esquelética, previene lesiones y reduce la posibilidad de caídas asociadas al envejecimiento. Poder hacerlo también señala salud estructural, alineación muscular y equilibrio.
Lauren Roxburgh, experta en alineación corporal explica al medio Well and Good que el ser humano contemporáneo ha pasado en entornos poco ergonómicos y con actividad sedentaria demasiado tiempo. Sentarse en el suelo ayuda a alinearlo de nuevo, centrarse en los isquiones y recuperar la fuerza, elasticidad natural y movimiento.
Pero lo importante es que la postura corporal debe ser correcta: no te encorves, o será contraproducente y te dolerá la espalda. También debes centrar el peso en tus caderas para reducir la presión en tus tobillos y pies.
Para tener una alineación óptima utiliza un cojín, en el borde de una manta doblada o una pelota blanda, estirando las nalgas hacia atrás poniendo los hombros sobre las caderas y alineando las orejas con los hombros.
No solo es sentarse y levantarse, sino en líneas generales, moverse. «La clave para la longevidad, mantenerse flexible, fluido y mantener un cuerpo saludable es crear cambios posturales continuos a lo largo del día», apunta Roxburgh.
Las sentadillas largas, profundas y periódicas serán estupendas para estimular tu circulación y el flujo sanguíneo, llenarte de energía, crear espacio y desarrollar una conciencia más profunda de tu cuerpo.
Fuente: http://pontesano.com