Sign Up To The Newsletter

Lorem ipsum dolor sit amet, consectetuer adipiscing elit, sed diam nonummy nibh euismod tincidunt ut laoreet

    Limzy, una artista entre flores

    La pintora malaya, Lim Zhi Wei, se ha convertido gracias a Instagram en referente de la ilustración en moda y trabaja para firmas como Dior o Fendi

    Mónica Ledesma / Noticias Positivas

    Flores que visten siluetas sin rostro, algodones que se transforman en faldas de tul, hilos que enhebran arte a pequeña escala para crear figuras femeninas repletas de glamour. Así es el mundo de sueños que emana de la imaginación de la artista Lim Zhi Wei, más conocida como Limzy, y que la ha llevado a erigirse en referente en el mundo de la ilustración.

    Limzy, malaya de nacimiento pero afincada en Singapur, comenzó con 16 años a estudiar Bellas Artes en la Academia de Nanyang de dicho país asiático, especializándose en pintura occidental. En el año 2011, tras finalizar sus estudios empezó a impartir clases de arte, aprovechando sus ratos libres para adentrarse en las redes sociales y sumándose al llamado #instaartmovement de Instagram. Su pasión por dibujar, unida al poco tiempo que disponía para pintar grandes cuadros, acrecentó su imaginación, lo que la llevó a retratar figurines con pequeños objetos cotidianos que encontraba por su casa como comida, flores, lápices, algodones, sellos o hilos.

    La artista de las flores, Lim Zhi Wei.

    Dibujos en miniatura, impregnados de delicadeza, dulzura y, sobre todo, de felicidad que fueron dando origen a su propia galería de arte en Instagram, en la que nació la serie de Flowergirls, con la que Limzy cambió la manera de disfrutar de la moda.

    Arte para el disfrute de los sentidos, bajo la filosofía de un cambio de vida en el que la luz y la positividad se alían a siluetas embriagadoras, dando vida a trabajos que alcanzaron en poco tiempo tanto éxito que se hicieron virales en las redes sociales, apareciendo en la página de inicio de Instagram y en medios locales y extranjeros como Mayhem Magazine Australia, Elements Magazine Malaysia, Push Culture o Uncertain Magazine Singapore e inclusive en el Art Xchange Gallery Singapore, tal y como explica la creadora en su web.

    Su estilo artístico, fusionando técnicas mixtas con pintura tradicional y flores reales, también llamó la atención de importantes firmas y empresas internacionales de lujo como Dior, Tudor, Fendi, Coach, Apple, American Express, H&M que, actualmente, se encuentran entre su lista de clientes.Un nuevo estilo de vida, centrado en el arte, que la ha llevado a participar en diferentes workshop, conferencias y exposiciones internacionales hasta que en 2018 se decidió a crear su propia marca Love Limzy, cuya sede radica en Kuala Lumpur (Malasia).

    Limzy explica en su web que tras años trabajando en galerías de arte y para clientes particulares, finalmente se dio cuenta de que era hora de elevar su marca de artista en solitario a un equipo de creativos dedicados con el que cumplir el lema de su sello: ‘Compartiendo alegría a través del arte y las flores’ y transmitir a todo el planeta su legado.

    Las raíces de su marca siguen centradas en las flores, el arte y la ilustración, pero a medida que la enseña sigue creciendo en plantilla también lo hace en productos, como regalos personalizados para novios, cumpleaños o momentos especiales. Recuerdos e historias personales que Love Limzy cuenta a través de pétalos que inspiran y enamoran.

    En poco más de año y medio, lo que nació como un pequeño estudio de arte floral se hizo pequeño y la artista y su equipo apostaron por sumar y trasladarse a un espacio más grande gracias a un socio capitalista que ayudó a que a finales de 2019 viera la luz The Wonzy Studio. «Le pedí a mi novio su furgón y comenzamos la mudanza entre el caos y la ilusión, pero finalmente hemos podido mostrar nuestra variedad de obras de arte, materiales y accesorios en un estudio repleto de luz y color, a juego con nuestras flores», subraya Limzy.

    «Es un eufemismo decir que he llegado lejos cuando he cumplido los 30 años de edad, pero estoy orgullosa y feliz de tener mi propio equipo, marca y oficina. Siento que todavía hay mucho que aprender y que crecer, pero siempre estaré agradecida a mi familia de trabajo por confiar en mí en esta extraña montaña rusa y por mantenerme siempre joven, apasionada y llena de energía», concluye.