Redacción
La samosa es una empanadilla hindú repleta de sabor y capaz de amoldarse a los gustos de cada comensal, ya que puede incluir rellenos variopintos: salados, dulces, picantes… También la consumen con devoción en Pakistán y en el Tíbet. Aunque la forma triangular es la más popular, también las hay cuadradas, de media luna o rectangulares, dependiendo de la zona.
Se suele preparar frita, pero también admite que la cocinemos al horno. Lo que, sin duda, redundará en una samosa más ligera y menos impregnada de aceite. No obstante, puede que le restemos sabor al resultado, y eso seguramente a los devotos de las samosas no les guste demasiado. Su fina y crujiente masa se compone de harina de trigo, aceite de semillas y comino, siendo este último el que le otorga ese toque tan especial. En cambio, muchas recetas caseras simplifican la elaboración y recurren directamente a la popular pasta filo, que nos ofrece un sabor un tanto diferente al original.
Las samosas, según explica la web Alimente, se sirven en puestos callejeros de la India, pero también en restaurantes de postín. Lo cierto es que es un plato que gusta mucho en Occidente, hasta el punto de que circulan recetas de samosas de crema de cacao para los paladares más dulces. Sin embargo, esta no es la manera más adecuada de adentrarnos en los entresijos de las samosas.
Existen infinidad de recetas, aunque las más conocidas son las vegetarianas. Una receta clásica y fácil se basa en la samosa cuyo relleno se compone de patatas y guisantes, siempre acompañada de yogur natural o el lassi, una bebida típica hindú elaborada a partir de este lácteo, para aligerar el picante de la boca.
Ingredientes para la masa:
150 gramos de harina de trigo
1 cucharadita de semillas de comino negro
1 cucharadita de levadura en polvo
2 cucharadas de aceite de girasol
Agua y sal
También es posible preparar la masa añadiendo una cucharada de la mezcla de especias oriental conocida como garam masala.
Fuente: Alimente.
