La siembra y cosecha del agua como solución basada en la naturaleza para la gestión del agua
Redacción
Cuando el comunero Rolando Huacarpuma escuchó hablar de la siembra de agua por primera vez, dijo: “¡Cómo vamos a sembrar agua!”. Y cuando le contaron que también se podía cosechar, respondió: “Cosechar, cosechamos la papa.”
Ante los impactos del cambio climático, las familias campesinas de las microcuencas de Huacrahuacho (Cusco) y Mollebamba (Apurímac) recuperaron tecnologías ancestrales para el almacenamiento y recarga de acuíferos. Así, con asistencia técnica del Programa de Adaptación al Cambio Climático – PACC Perú, implementaron sistemas de recarga de agua basadas en micro represas rusticas o “qochas” asociadas con otras prácticas (manejo de la pradera, resiembra de pastos naturales, reforestación con especies nativas, entre otros) para favorecer la captación, almacenamiento e infiltración del agua de lluvia, mejorando con ello la oferta hídrica.
Las qochas son pequeñas reservas o lagunas artificiales que se construyen en depresiones naturales del terreno, usando materiales de la zona como piedras y terrones de tierra, y permiten almacenar e infiltrar agua de lluvia.
Todos saben que las qochas o lagunas, forman parte del conocimiento tradicional campesino de la sierra desde hace siglos. La llegada del Programa de Adaptación al Cambio Climático-PACCPerú les trajo una forma especial de entenderlas. Se trata en este caso de unos reservorios de agua —los técnicos los llaman “microrrepresas rústicas”—, construidos en hondonadas del terreno. Son simples: apenas con un dique de tierra compactada y rocas, no muy alto —entre ochenta centímetros y un metro—, se consigue recoger y almacenar el agua de lluvia o la que proviene de un manante. Efectivas: no solo acumulan agua; también permiten que esta se infiltre y recargue los acuíferos. Y baratas: su presupuesto es hasta mil veces inferior al de otras qochas artificiales.
La implementación de este conjunto de medidas asociadas a qochas son efectivas para almacenar e infiltrar agua de lluvia, recuperar manantes agotados y mantener la humedad de la pradera natural, para disponer de agua durante el periodo de mayor escasez (junio, julio y agosto), garantizando cultivos y crianzas.
La siembra y cosecha del agua es el proceso mediante el cual el ser humano recolecta e infiltra (siembra) el agua de lluvia, escorrentía superficial, hipodérmica y subterránea en el subsuelo para poder recuperarla (cosecharla) un cierto tiempo después. El concepto es parecido al de Recarga Gestionada de Acuíferos, entendiendo como tal la recarga intencionada de agua en un acuífero, con criterios científico-técnicos, con el objetivo de poder recuperarla tiempo después o de generar beneficios medioambientales.
La crianza de lagunas en toda la región han hecho, además, recuperar buena parte de la fauna en el país.
Fuente: https://www.minam.gob.pe/