Sign Up To The Newsletter

Lorem ipsum dolor sit amet, consectetuer adipiscing elit, sed diam nonummy nibh euismod tincidunt ut laoreet

    La población de la ballena franca crece tras años al borde la extinción

    La lenta recuperación de esta especie devuelve la esperanza a los científicos / ISTOCK

    Redacción

    Cazadas hasta casi desaparecer y luego atrapadas en redes o golpeadas por barcos, hace décadas la población de la ballena franca del Atlántico Norte se redujo a niveles críticos. Hoy, por primera vez en años, los científicos pueden hablar de un cambio. La población de esta especie en peligro crítico creció ligeramente y acumula cuatro años de mejora sostenida.

    El nuevo informe del North Atlantic Right Whale Consortium, presentado en Massachusetts, estima que en 2024 vivían unas 384 ballenas francas, unas pocas más que el año anterior. Aunque parezca un número pequeño, representa un respiro para una especie que llegó a tener menos de 350 ejemplares identificados hace apenas unos años, informa Muy Interesante.

    Los expertos lo califican como un “optimismo cauteloso”, hay esperanza pero no margen para relajarse. Este repunte llega después de una década de descensos marcados, cuando la población cayó cerca de un 25 %. Ahora, con nacimientos y menos muertes registradas, el futuro parece un poco más luminoso. Los investigadores insisten en que cada año sin muertes es una victoria.

    Las ballenas francas del Atlántico Norte son animales majestuosos que pueden alcanzar 16 metros de largo y pesar más de 60 toneladas. Reciben su nombre de un motivo preocupante pues eran consideradas las “ballenas correctas” para cazar, porque flotaban al morir y eran fáciles de remolcar.

    Esa misma vulnerabilidad las dejó al borde de la desaparición hace más de un siglo. Hoy están protegidas por leyes internacionales, pero las amenazas no han desaparecido.

    La población de esta ballena crece por cuarto año consecutivo / NOAA

    La buena noticia es que en 2025 no se ha registrado ninguna muerte confirmada, y los casos de enredos o colisiones han sido mínimos. Los expertos del New England Aquarium explican que los números mejoran gracias a una mayor vigilancia, restricciones temporales de pesca y un cambio gradual hacia artes sin cuerdas. No es un triunfo absoluto, pero sí una prueba de que la cooperación funciona.

    Aun así, las cifras no cuentan toda la historia. Muchos animales arrastran heridas antiguas o continúan enredados sin ser localizados. El caso del macho identificado como #5110, avistado con una cuerda incrustada en la boca, recuerda que los desafíos persisten.

    Las ballenas francas se reproducen lentamente, y las hembras tardan varios años en tener su primera cría. Por eso, cada nacimiento es motivo de celebración. En la última temporada se registraron once crías, cuatro de madres primerizas, lo que los científicos interpretan como una señal alentadora. Cada nueva cría es una pequeña victoria en la recuperación de la especie.

    Fuente: Muy Interesante