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    La historia del primer Belén

    Hace 800 años, San Francisco de Asís representó un nacimiento viviente en Greccio, un pueblo italiano, donde hoy se continúa con esta tradición

    Redacción

    Es tiempo de Navidad y momento de adornar nuestros hogares con los tradicionales árboles y belenes. Rescatar las piezas guardadas cada año en cajas, muebles o trasteros para representar estas pequeñas obras repletas de ilusión y originalidad que recrean el paisaje y el entorno del nacimiento de Jesús. Eso es lo que se intentó hacer con el primer Belén y lo que se sigue haciendo en la mayoría de tradiciones familiares. Pero ¿quién fue la persona que inició la tradición del portal de Belén?

    El primer belén fue viviente. La única estatuilla, fabricada en terracota, era la del Niño, obra de la señora Alticama, esposa del aristócrata Giovanni Velita, el noble que controlaba Greccio, una bella localidad encaramada a una colina en la zona del Alto Lacio, en el centro de Italia. De aquel pueblecito se enamoró San Francisco de Asís cuando volvió de Tierra Santa y allí fue donde, un par de semanas antes de la Navidad del año 1223, representó el nacimiento de Jesús después de convencer a Velita y a su mujer para que le ayudaran.

    Echó mano de sus primeros compañeros religiosos y de la gente del lugar, humildes agricultores y ganaderos, por lo que no le debió de resultar difícil encontrar a quienes hicieron de pastores. Para darle mayor realismo a la escena, introdujo en el portal al buey y a la mula, de los que no dicen ni palabra los evangelistas Lucas y Mateo, pero que se habían colado en la tradición cristiana gracias a algunos de los evangelios apócrifos. Con estos elementos, el santo de la cercana Asís dio vida hace casi 800 años en Greccio a la primera representación conocida del nacimiento de Jesucristo.

    Greccio se ha convertido en un lugar de peregrinación para los amantes del belén. Visitan el museo y el santuario donde se recuerda el primer nacimiento hace800 años, pero principalmente acuden allí para contemplar el belén viviente que los vecinos llevan representando desde 1973. Ofrecen seis funciones desde el 24 de diciembre hasta el 6 de enero que están siempre repletas de público. «Cuando terminamos, mucha gente se acerca y hace que de verdad nos conmovamos, porque nos abrazan. Intentamos poner todo el corazón para transmitir el significado del pesebre. A la gente le impresiona nuestra representación histórica», explicó en ‘Vatican News’, el servicio oficial de información de la Santa Sede, Federico Giovannelli, vecino de Greccio que interpreta a San Francisco de Asís en las representaciones que se celebran en el pueblo durante la Navidad.

    Estas funciones siguen la descripción que el franciscano Tommaso Da Celano dejó de aquel primer belén de 1223. A Giovannelli le gusta además recordar el mito que surgió alrededor de la representación. Se cuenta que cuando el santo de Asís cogió entre los brazos la figura en terracota del Niño, éste tomó vida. La paja del pesebre se convirtió además en el mejor remedio para los dolores de las parturientas. «Seguramente será una leyenda, será una tradición, pero es nuestra historia, nuestra cultura y a nosotros nos gusta llevarla adelante de esta manera».

    Sin embargo, fue Carlos III quien trajo esta tradición desde Italia a España en el siglo XVIII. El monarca instaló en el Palacio Real el llamado ‘Belén del Príncipe’, que contaba con la Virgen, San José, el Niño, el buey y la mula. Y a partir de ahí su entusiasmo por los Belenes fue imitado en cadena, primero entre las Iglesias y lugares públicos, más tarde entre los ricos y después entre toda la población, ya que las figuritas no eran excesivamente caras. 

    La composición general y colocación de todos los elementos suele ser dispar, así como la ejecución de los componentes del belén. Hay algunos que llaman la atención por su majestuosidad, ya sean de barro, escayola, madera, corcho, papel, materiales reciclados, luces…, y por su ambientación, con gran iluminación, música y efectos especiales.

    Fuente: Diario Sur