Redacción
En marzo de 2021, Jess Stone y Moxie, su pastor alemán, comenzaron una aventura que les va a llevar a recorrer decenas de países. Su particularidad es que ambos van en moto y el perro disfruta tanto o más que su dueña conociendo mundo. Y cuentan con el apoyo inestimable de Greg, el marido de Jess, que sigue a ambos pocos metros por detrás para vigilar su seguridad y ayudar en cualquier problema que surja en el camino.
Jess reconoce a la CNN que aprender a andar en moto no fue fácil. Lo hizo en Liberia, donde vivía hace una década junto a su marido, y asegura que el hecho de que “tu pareja te enseñe a conducir no es lo mejor, no tuvo mucha paciencia conmigo”. Ahora, sin embargo, todo es diferente: “Cada coche que pasa junto a nosotros, la gente saca sus teléfonos y casi provocan accidentes porque están tratando de hacernos una foto. Es hilarante”.
Esta joven nacida en Canadá señala que tardó algún tiempo en sentirse cómoda encima de una moto, pero después de un viaje de ocho meses de duración en el que recorrió América de norte a sur junto a su marido, estuvo preparada. Después, Moxie entró en sus vidas y decidieron incluirla en sus viajes, así que diseñaron un transportín especial para que pudiera ir colocada en la parte trasera de la moto con total seguridad.
Una de las preguntas que se hacen todas las personas que se cruzan con Jess y Moxie es cuánto tiempo se tarda en enseñar a un perro de 34 kilos a montar en moto e ir tranquilo. La aventurera reconoce que su pastor alemán solo tardó un fin de semana: “Me llevó mucho más tiempo sentirme cómoda con tanto peso en la espalda, porque nunca había viajado con un pasajero”.
Viajar con su perro es realmente especial para Jess: “Es como si experimentaras la aventura dos veces. La veo en mi espejo todo el tiempo. Su cabeza está pegada a mi costado. A veces incluso apoya su gran hocico en mi hombro con la barbilla hacia arriba. Me hace sentir muy feliz que ella realmente esté experimentando todo. Siempre son nuevas vistas, sonidos y olores lo que está mirando y experimentando”.
El mayor problema al que se han enfrentado hasta ahora, además de encontrar alojamientos donde pudieran hospedarse con su perro, ha sido el del aumento de precios: “Se ha vuelto todo muy caro”. Por eso, cambiaron su ruta inicial que iba a llevarles a Europa desde Canadá y han recorrido América de norte a sur. Cuando lleguen a Argentina volarán hasta Sudáfrica para seguir camino.
Además, tuvieron que hacer frente a un problema inesperado: su moto comenzó a perder aceite y, después de varios parches, tuvieron que dejar su BMW G650GS de 2013 y comprar una de segunda mano por el mismo precio de lo que costaba la reparación.
Jess Stone cree que su viaje durará, al menos, otros dos años y medio. Un tiempo que dedicarán a conocer mundo y a disfrutar de Moxie, la auténtica fuente de inspiración para esta pareja de aventureros: “Provoca una sonrisa en todo el mundo y eso es lo que me encanta. Ella simplemente hace que todos tengan un buen día”.
Fuente: El Confidencial