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    Isabel Díaz Carretero: el poder de las rocas potabilizadoras de agua

    Científica titular del Grupo de Tamices Moleculares en Instituto de Catálisis y Petroleoquímica del CSIC

    Redacción

    Isabel, de voz simpática y dicharachera, relata cómo hace años se marchó a Etiopía por motivos personales y acabó estudiando las zeolitas, unas rocas con unas características muy particulares que tenían la propiedad de purificar el agua.

    Díaz Carretero se doctoró en Química por la Universidad Autónoma de Madrid en 2001 con un Premio Extraordinario de Doctorado. Ahí comenzaba su brillante carrera científica, que la llevó a ser Becaria Fulbright en la Universidad de Massachusetts y en la Universidad de Minnesota después de doctorarse, y a realizar una estancia de un año en Japón

    Parte de su formación consistió en especializarse en microscopía electrónica de transmisión, es decir, se convirtió en una experta observadora de átomos al microscopio.

    Con el tiempo, y gracias a una charla de un investigador que la dejó fascinada, se interesó en la estructura atómica de las zeolitas. Estas rocas suponían un reto apasionante para Isabel: eran extremadamente difíciles de observar al microscopio ya que se descomponen muy rápidamente.

    Las zeolitas tienen una estructura microporosa que actúa como una especie de “colador” y que les permite transformar la materia. Son catalizadores de reacciones químicas, por eso en la industria se emplean para acelerar el proceso de obtención o eliminación de sustancias. Existen zeolitas sintéticas (las de los detergentes de lavadora, por ejemplo) y naturales.

    UNA QUÍMICA ESPAÑOLA EN ADDIS ABABA

    Por circunstancias de la vida, Isabel se fue a vivir a Etiopía, donde abundaban las zeolitas naturales. Una vez establecida en el país se percató de que existía un grave problema de exceso de flúor en las aguas y que esto repercutía directamente en la salud de las personas. Esta exposición a altas concentraciones de flúor se denomina fluorosis y provoca que los huesos y los dientes se debiliten y se quiebren. El Valle del Rift en Etiopía posee grandes yacimientos de estilbita, un tipo de zeolita, así que Isabel lo tuvo claro: iba a estudiar si esas rocas podían de alguna manera eliminar el exceso de flúor de los acuíferos etíopes.

    En colaboración con la Universidad de Addis Abeba y tras varios años de trabajo, Isabel y su equipo desarrollaron en 2013 una patente que mostraba cómo una modificación química sobre la superficie de la zeolita era capaz de conferirle la propiedad de adsorber el flúor del agua hasta que la concentración queda por debajo de 1,5 mg/L, límite establecido por la Organización Mundial de la Salud. Para purificar el agua, ésta se pasa por un contenedor con la zeolita modificada y el ion fluoruro queda atrapado por contacto, tal y como ocurre en dientes y huesos.

    Tratándose de la primera patente de la Universidad de Addis Abeba, llamó inmediatamente la atención de la prensa y las empresas comenzaron a interesarse por la nueva tecnología. Finalmente, una empresa canaria, Tagua S. L., compró la patente y se dispuso a fabricar los filtros de zeolita a escala comercial, financiando al grupo de Isabel para que ayudara a pulir la técnica.

    Fuente: mujeresconciencia.com