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    Gusanos ‘come-plástico’: aliados del medioambiente

    Redacción

    El gusano de la cera, también llamado gusano de la miel, por su presencia en las colmenas de abejas melíferas, podría tener un papel importante en la lucha contra la contaminación por plástico que ha inundado el planeta “por tierra, mar y aire” a lo largo de décadas, a partir del desarrollo industrial de este material .

    Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) español han comprobado que la saliva del gusano de la cera (Galleria mellonella) degrada el plástico.

    En 2022 descubrieron cómo lo hace: su saliva contiene unas enzimas que inician la degradación del polietileno en poco tiempo y a temperatura ambiente.

    El polietileno es uno de los plástico más resistentes. En condiciones ambientales normales, expuesto a la luz solar o a altas temperaturas, este plástico tarda meses o años en degradarse.

    Los investigadores del CSIC han descubierto que las enzimas de la saliva del ‘gusano de la cera’ oxidan el polietileno. Así, permiten acelerar su descomposición.

    Gusano de la cera.

    Estas larvas son capaces de oxidar y descomponer los polímeros del plástico tras apenas una hora de exposición

    Una especie de gusano común denominada ‘Zophobas morio’ podría ser la clave para el reciclaje de plástico a gran escala.

    Esta biodegradación se consigue gracias a una enzima (proteína) bacteriana que está presente en su intestino.

    El doctor Chris Rinke y su equipo de la Facultad de Química y Biociencias Moleculares de la UQ alimentaron a los que denominan como ‘supergusanos’, con diferentes dietas durante tres semanas.

    Descubrieron que los ‘supergusanos’ alimentados con poliestireno no solo sobrevivieron, sino que incluso aumentaron de peso. Esto sugiere que los gusanos pueden obtener energía del poliestireno, muy probablemente con la ayuda de sus microbios intestinales.

    Ahora los investigadores de la UQ buscan imitar y perfeccionar este proceso natural mediante técnicas de laboratorio, con el objetivo de llevarlo a escala industrial, diseñando enzimas que degraden los residuos plásticos en plantas de reciclaje después de someter esos residuos a trituración mecánica.

    El polietileno es uno de los plásticos más resistentes y utilizados. Junto al polipropileno y al poliestireno, integran el 70% de la producción total de plásticos, según el CSIC.

    Una de las áreas de investigación más prometedoras y con más potencial es la degradación de plásticos utilizando medios biológicos. Este proceso se conoce como biodegradación y está asociado a microorganismos como bacterias y hongos.

    Fuente: libreonline