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    La tumba de Gala y Dalí; un amor más allá de la muerte

    Redacción

    Entre los muchos hombres y mujeres que han aportado a las artes a lo largo de la historia, Salvador Dalí merece una mención especial. Realmente todo lo que rodea y rodeó a Dalí nunca ha estado exento de magia, misterio, magnetismo y originalidad. Y este hálito acompañó al pintor incluso en su muerte, que decidió compartir con el amor de su vida.

    La relación romántica entre el renombrado artista surrealista Salvador Dalí y su musa y esposa, Gala, fue una historia de amor y colaboración que dejó una marca indeleble en la historia del arte. Gala, cuyo verdadero nombre era Elena Ivanovna Diakonova, no solo fue la inspiración constante detrás de muchas de las obras maestras de Dalí, sino que también llevó un papel fundamental en la construcción de su imagen pública y su carrera artística.

    Tumba de Salvador Dalí

    Su relación comenzó mientras Gala estaba casada con el poeta Paul Éluard, pero pronto se convirtió en la principal influencia y compañera de Dalí. Fue su musa, modelo y confidente, y su intensa conexión se reflejó en la pasión y el magnetismo que caracterizan muchas de las pinturas de Dalí de esa época. 

    Para comprender el simbolismo de la tumba de Gala y Dalí, debemos profundizar en la intensidad y complejidades de su relación. Esta pareja supo trascender los límites tradicionales, para llegar a convertirse ambos en una mezcla perfecta, una simbiosis creativa que impulsó la evolución del surrealismo.

    Gala no solo fue inmortalizada en las obras de arte de Dalí, a menudo retratada en formas enigmáticas y oníricas, sino que también jugó un papel fundamental en la difusión y promoción de su trabajo en todo el mundo. Ella gestionó los aspectos prácticos y comerciales de su carrera, permitiendo que Dalí se enfocara en su creatividad desenfrenada.

    Sobre la historia de la tumba de Gala y Dalí, es mucha la polémica que se tejió y se sigue tejiendo. Si bien el cuento empieza a puro romanticismo, termina con una realidad bastante menos dulce de la imaginada. Gala está enterrada desde 1982 en la cripta del Castillo de Púbol (Girona) junto a otra tumba igual, la de Dalí.

    Y es que fue justamente el artista quien ideó la sepultura en la que compartiría el descanso final con su amada. Dalí dejó dicho que quería dos tumbas que, en el interior del Castillo de Púbol, se conectaran por un pequeño agujero, que permitiera que las manos de los dos amantes estuvieran unidas para siempre… pero la tumba de Dalí está vacía.

    Tumba de Gala y Dalí

    Pero la historia de la tumba de Gala y Dalí no acaba aquí… El hecho de que Dalí cambiara de opinión todavía sigue generando debate y opiniones diversas entre los historiadores. Parece ser que cuando en 1989 Dalí contaba con 85 años y estaba medio moribundo, le dijo al alcalde de Figueres, Mariá Llorca, que quería ser enterrado en su teatro museo…

    Decharnes considera que fue un error lo que se hizo finalmente, enterrarlo en su teatro museo, y se convirtió en el 2002 en uno de los impulsores de una petición al Rey para que se trasladaran sus restos a la original tumba de Gala y Dalí, en la Cripta del Castillo de Pubol.

    Fuente: supercurioso