Situada en el desierto israelí del Néguev, se espera que alcance su plena capacidad a finales de 2023
Redacción
El almacenamiento de energía térmica, fiel a su nombre, almacena la energía en forma de calor, una función crucial en la transición de la sociedad a fuentes renovables como la solar y la eólica, que ya son económicamente viables pero, por desgracia, tan variables como el tiempo y las estaciones.
El sistema de almacenamiento de energía térmica de Brenmiller, llamado bGEN, puede cargarse de varias formas: solar, eólica, de la red cuando hay exceso de suministro, de gases de escape industriales y de otras fuentes diversas de calor o electricidad.
Esa energía se almacena en el medio de almacenamiento del bGEN, rocas trituradas del desierto, que puede almacenar la energía de forma muy eficiente en forma de calor extremadamente alto, alcanzando temperaturas de hasta 750ºC. El agua que circula por el sistema se calienta con esta energía y se convierte en vapor, al que se puede acceder cuando se necesite.
“La tecnología de bGen permite emplear recursos renovables, así como calor residual, para calentar rocas trituradas a temperaturas muy altas. A continuación, pueden almacenar el calor durante minutos, horas o incluso días antes de utilizarlo en procesos industriales y de generación de energía”.
Se espera que la gigafactoría, situada en la ciudad desértica de Dimona, en el Néguev, genere hasta 4 gigavatios hora de unidades bGEN cuando alcance su plena capacidad, lo que bastaría para abastecer potencialmente a 3 millones de hogares.
Brenmiller aspira a que las nuevas instalaciones se conviertan en su principal centro de producción y prevé alcanzar la plena capacidad a finales de 2023.
Fuentes: ecoinventos