Una tecnología innovadora de abastecimiento eléctrico diseñada para funcionar con fuentes de energía renovables, permitirán el suministro seguro de electricidad a regiones más pobres y remotas del mundo.
Redacción
Con cerca de 789 millones de personas en todo el mundo que aún no tienen acceso a la electricidad, esta carencia se convierte en un factor que obstaculiza seriamente sus oportunidades de desarrollo. Sin embargo, con la instalación de las llamadas “redes de enjambre” en comunidades vulnerables, que van de Laos hasta Mozambique y Vanuatu, y que cuentan con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y la financiación de Alemania, se demuestra que las propuestas de energía renovable de bajo coste pueden ser una alternativa eficaz a las conexiones de red a gran escala que son más costosas.
Los logros alcanzados “demuestran la enorme diferencia que supone la generación de electricidad para algunas de las personas más pobres del mundo, y el nivel relativamente bajo de inversión que se necesita”, dijo Alexandra Soezer, asesora del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
El proyecto pionero de la red de enjambre, que con apoyo del PNUD irá a Laos en el sudeste asiático y a Mozambique en África austral, se basa en unos robustos cubos eléctricos, que parecen grandes baterías de auto, y cuya carga se efectúa mediante un dispositivo solar.
La energía almacenada en los cubos se distribuye a los hogares o a los edificios comunitarios, como los centros de salud, a través de cables enterrados. Al estar interconectados, los cortes de energía son mucho menos probables, pues si falla un cubo los otros pueden suministrar la energía necesaria.
Cada proyecto puede expandirse, pues si la comunidad crece y las necesidades de electricidad aumentan, pueden agregarse más cubos a la red.
El potencial de la red augura un futuro brillante
“Este es el primer paso hacia un gran futuro”, afirma Reuben Natamatewia, jefe supremo de la isla de Lelepa, que forma parte del archipiélago de 83 islas que componen la nación de Vanuatu, uno de los países más pobres del mundo.
Natamatewia está entusiasmado con el potencial de la “red de enjambre” instalada en Lelepa ya que su localidad nunca ha estado conectada a la red nacional, como sucede con la gran mayoría de las otras islas de la nación.
Los habitantes de estas islas tenían que conformarse hasta hace poco con generadores diésel contaminantes o con sistemas solares domésticos individuales, de capacidad limitada, que apenas proporcionan energía suficiente para cargar un teléfono móvil. La instalación promete cambiar las reglas del juego para Lelepa.
“Cuando nuestra aldea esté totalmente electrificada, podremos conservar el pescado capturado a diario. Una bomba eléctrica de agua suministrará agua potable a los habitantes del pueblo. En la escuela, los profesores y alumnos podrán utilizar la fotocopiadora y la impresora. Gracias a las máquinas de coser, las mujeres podrán aumentar su producción artesanal”, afirma.
Cuando nuestra aldea esté totalmente electrificada, podremos conservar el pescado capturado a diario
Jefe supremo de la isla de Lelepa
El proyecto pionero de la “red de enjambre” consiste en unos robustos cubos eléctricos, que parecen grandes baterías de coche, y cuya carga se efectúa mediante un dispositivo solar.
La energía almacenada en los cubos se distribuye a los hogares o a los edificios comunitarios, como los centros de salud, a través de cables enterrados. Al estar interconectados, los cortes de energía son mucho menos probables: si falla un cubo, los otros cubos pueden suministrar la energía necesaria. Además, representa una solución con vistas al futuro, ya que a medida que crezcan las necesidades energéticas de la comunidad se pueden añadir más cubos.
Aunque la “red de enjambres” de Lelepa es un proyecto piloto, el gobierno de Vanuatu tiene planes para extenderla a muchas más islas del país que todavía no están conectadas a la red eléctrica, y así lograr una transición al 100% de energía renovable.
Como explica la asesora técnica del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Alexandra Soezer, para las isas de Vanuatu la “red de enjambre” es una opción mucho más rentable que las anteriores. “El Programa construyó una minirred tradicional en la isla de Malekula con un costo de conexión por hogar que ascendía a unos 6000 dólares. En cambio, la conexión por hogar en la isla de Lelepa sale por unos 1200 dólares” destacó.
Saber más: https://www.ambientum.com/ambientum/energia/que-son-las-redes-de-enjambre.asp