La cáscara de esta fruta reduce el colesterol y ayuda a hacer mejor la digestión
Redacción
La mandarina no es solo una fruta dulce, sino que guarda en su cáscara un poder curativo desconocido para la gran mayoría. Cada vez estamos más concienciados con nuestra salud y una de las cosas en las que nos centramos es en encontrar remedios naturales buenos para problemas comunes como el colesterol o la mala digestión. La cáscara de esta fruta reduce el colesterol y ayuda a hacer la digestión.
Todo hemos escuchado hablar alguna vez del colesterol. Desde hace años, se nos avisa de que su versión perjudicial es un problema que afecta a cada vez más parte de la población, muy unido a los alimentos que consumimos.
Si tenemos demasiado colesterol en la sangre se puede combinar con otras sustancias y formar una placa que termina pegada a los vasos sanguíneos. Esto puede estrechar o llegar a bloquear las arterias coronarias.
Igual que los alimentos pueden ser parte del problema, también nos pueden servir para evitarlo o controlarlo. En este sentido, uno de los que siempre debemos tener a mano es la mandarina.
Este fruto, propio del invierno, es un cítrico que nos puede ayudar tanto a controlar el colesterol como con otros problemas, como los asociados a hacer una mala digestión. Aunque el consumo de la fruta en su totalidad es recomendable existe una parte de la misma muy interesante.
La mandarina es una gran fuente de antioxidantes, así como de vitaminas A y C, hierro, ácido fólico y fibra, entre otros. Además, su cáscara nos puede servir mejor que muchas otras cosas contra el colesterol.
De acuerdo a un estudio publicado por la American Chemical Society, las cáscaras de mandarina arrojan mejores resultados que incluso algunos medicamentos para ello. La podemos consumir como infusión y deleitarnos con todos sus beneficios.
También puede ayudar a hacer una mejor digestión
Pero no solo podemos usar la infusión de cáscara de mandarina con el objetivo de luchar contra el colesterol, sino también para evitar o controlar otros del día a día, como la mala digestión.
De acuerdo a un estudio elaborado por cientígicos del Instituto de Química Orgánica de Bulgaria, las cáscaras de esta fruta cuentan con la capacidad de regular los problemas gastrointestinales. Además, mejoran el sistema inmunológico.
Otro de los grandes problemas contra los que debemos luchar en nuestra sociedad es la aparición del cáncer. En este sentido, también la cáscara de mandarina puede ser una buena aliada.
Gracias a sus elevadas cantidades de antioxidantes, el consumo habitual de cáscara de mandarina, además de evitar el colesterol, también puede evitar la aparición de tumores cancerígenos. Para hacernos una idea, la cáscara contiene 20 veces más antioxidantes que la pulpa.
Si nos preocupa nuestra salud y además solemos llevar una alimentación equilibrada con el objetivo de no tener que preocuparnos por las calorías en exceso, la mandarina también puede ser una gran aliada.
Su cáscara puede eliminar las calorías escondidas en los demás alimentos. La podemos usar a modo de infusión, como especia o incluso espolvoreada por encima de las comidas para notar sus efectos.
Llama también la atención, además de todo lo que hemos hablado, como la relación entre la cáscara de mandarina y el control de colesterol, entre otros, que podemos usar esta fruta para desintoxicar nuestro organismo.
Los alimentos cítricos son alcalinos, lo que hace que supongan una ayuda para depurar el cuerpo. Es capaz de eliminar, poco a poco, las toxinas que no necesitamos.
Otros beneficios de la mandarina
Para regular el colesterol, debemos centrarnos en consumir la cáscara de la mandarina. Sin embargo, la fruta como tal también cuenta con otros beneficios que debemos conocer, pues en ningún caso deberíamos desecharla para quedarnos solo con el exterior.
La mandarina llama la atención por ser diurética, por lo que se utiliza con el objetivo de mantener el peso. También tiene la capacidad de aumentar nuestras defensas, cosa que nos conviene sobre todo en invierno. Como hemos visto, cuentan con grandes cantidades de antioxidantes, gracias a la vitamina C, lo que la hace buena para la piel.
Fuente: Moncloa.
