Redacción
Investigadores del Instituto de Smart Cities (ISC) de la Universidad Pública de Navarra (UPNA) han desarrollado un nuevo tipo de cemento que consigue reducir la temperatura de los edificios sin necesidad de energía adicional. Este proyecto ha sido reconocido con un premio internacional, el Nanophotonics Research Award for Innovative Sustainability, otorgado durante la conferencia Metamaterials 2024, celebrada en Creta (Grecia).
El estudio se centra en mejorar las propiedades reflectantes del cemento frente a la radiación solar mediante el control de su porosidad y la adición de pequeñas partículas en tamaños microscópicos y nanométricos.
El catedrático Miguel Beruete, investigador principal del proyecto, ha explicado que, para desarrollar un cemento capaz de ‘autoenfriarse’, han tenido que utilizar soluciones que están más allá de lo que ofrece la tecnología convencional de este sector.
Lo primero que llama la atención de este cemento es su color, un blanco intenso que tiene el objetivo de reflejar la luz solar. Además, en su composición se han utilizado unos aditivos especiales para que el cemento sea capaz de emitir a la atmósfera el calor acumulado. “Y, de esa manera, conseguimos la magia de que un cemento lo podamos enfriar sin necesidad de hacer nada más”, ha destacado Beruete.
Esta tecnología supone lógicamente un ahorro energético, algo que según Beruete, “en los tiempos que corren, es realmente importante”. De hecho, se calcula que en torno al 40% del consumo energético global se debe a los propios edificios.
Dentro de ese consumo de los edificios, el 44% es debido al aire acondicionado, lo que a su vez contribuye al calentamiento global y éste hace aumentar la demanda de elementos de climatización. “Es un círculo vicioso, una espiral que no tiene fin”, ha resaltado el investigador.
Así, ha afirmado, soluciones pasivas como este tipo de cemento son muy interesantes, porque, “sin necesidad de suministrarle energía, va a producir un enfriamiento que no tiene por qué sustituir al aire acondicionado, pero sí reducir el consumo del mismo, porque la temperatura en principio va a ser menor”.
Los investigadores de la UPNA han centrado su interés en el efecto de ‘isla urbana’, que hace que las grandes ciudades tengan una temperatura superior al entorno que les rodea.
“Esto se nota mucho en las grandes ciudades, por ejemplo Madrid, París o Roma, y la idea sería intentar reducir la temperatura de la propia ciudad tratándola como un todo, haciendo que todos los edificios, o su mayoría, tengan este tipo de soluciones”, ha explicado.
El proyecto está aún en una fase muy preliminar como para hablar de la producción de este cemento a gran escala y definir cuál puede ser el modelo de negocio. “Lo que sí es cierto es que interesa, porque, desde que empezamos a publicitar los resultados hasta el día de hoy, hemos tenido muchísimos contactos” con empresas, ha dicho Beruete.
Un cemento respetuoso con el medio ambiente
Alicia Torres es investigadora postdoctoral y miembro del equipo que ha desarrollado el proyecto. Este cemento, ha señalado, combina partículas y nanopartículas que permiten reflejar bien tanto la luz solar como la banda infrarroja.
Otra ventaja, ha indicado, es que en su composición no se utiliza ningún material que sea contaminante para el medio ambiente. “Así como hay otras soluciones de pinturas o materiales que están basados por ejemplo en el uso de dióxido de titanio, en este cemento se usan materiales convencionales, absolutamente compatibles con el medio ambiente”, ha subrayado.
El siguiente paso, en el que ya se está trabajando, ha apuntado la investigadora, es desarrollar un ‘cemento inteligente’ basado en materiales de cambio de fase, que modifique sus propiedades según la temperatura ambiente sea alta o baja.
Fuente: Efe