Los médicos quisieron probar una técnica pionera: un trasplante parcial cardíaco
Redacción
El primer trasplante parcial cardíaco a un neonato con una gran disfunción vascular demuestra su éxito: el órgano funciona y las válvulas y vasos implantados se han desarrollado a la par que el niño
El corazón de Owen Monroe nació enfermo. El pequeño sufría una complejísima cardiopatía, muy poco frecuente; si no se reparaba urgentemente, lo abocaba a la muerte. Las grandes arterias de su corazón, la aorta y la pulmonar, estaban fusionadas y apenas disponía de una válvula (en los corazones sanos, son dos, una por cada vaso) para controlar el paso de la sangre.
Sus médicos del Hospital Universitario de Duke (Carolina del Norte, EE UU) estudiaban a contrarreloj todas las opciones. Hasta lo incluyeron en la lista de trasplante cardíaco, aunque sospechaban que no llegaría a tiempo: acababa de nacer y ya presentaba una grave insuficiencia respiratoria que ponía en jaque su futuro.
“Cada día parecía durar una eternidad. Cada día que pasaba se podía sentir que la espera pesaba sobre todo el personal de la UCI. Era tenso para todos tener que esperar día tras día sin noticias sabiendo que Owen estaba muriendo lentamente”, rememora Tayler Monroe, madre del pequeño.
La solución tradicional ante casos de recién nacidos con una disfunción valvular cardíaca irreparable suele ser reemplazar los fallos con implantes de válvulas artificiales o de donantes cadáver, pero estos tejidos tienen un inconveniente: como se trata de injertos inertes, no crecen con el paciente; y a medida que el niño se desarrolla, tienen que ir cambiándose a través de nuevas cirugías para adaptarlas al tamaño del corazón. En el caso de Owen, sin embargo, sus médicos quisieron probar una técnica pionera: un trasplante parcial cardíaco, el primero en el mundo, para implantarle tejido vivo con el fin de evitar las sucesivas operaciones para recambiar sus válvulas.
Esta es la primera demostración de que un implante valvular puede crecer en un ser humano
Dr. TUREK
La familia dio el visto bueno a este abordaje novedoso y en la primavera de 2022, cuando apenas contaba con 18 días de vida, los cirujanos trasplantaron al bebé una parte del corazón de un donante para reconstruir los vasos y válvulas afectados. La intervención fue un éxito. Tanto, que un estudio de sus médicos publicado en la revista Jama, de la Asociación Estadounidense de Médicos, revela que su corazón funciona correctamente y el tejido implantado crece con él, tal y como esperaban los facultativos.
VÁLVULAS PARA TODA LA VIDA
A falta de estudios más amplios en el tiempo sobre la evolución de Owen y otros niños con trasplante parcial cardíaco, los investigadores teorizan con que, si bien los resultados a largo plazo de un trasplante completo de corazón son limitados y el órgano acaba fallando —”[los resultados] están limitados por la inevitable disfunción ventricular”, dicen en el artículo—, “los trasplantes de corazón parciales respetan los ventrículos nativos y, por lo tanto, se espera que duren toda la vida”.
Fuente: infobae.com y elpais.com