La NASA no descarta que el exoplaneta pueda albergar otro misterioso planeta
Redacción
Situado a una distancia de aproximadamente 137 años luz de nuestro planeta, el exoplaneta conocido como TOI-715 b ha capturado la atención de la comunidad científica internacional. Orbitando alrededor de una estrella enana roja, este mundo distante tiene una masa que se estima en 3,02 veces la de la Tierra, convirtiéndolo en una de las recientes maravillas descubiertas por la humanidad en su búsqueda incansable por comprender el universo. Revelado al público en 2023, este descubrimiento fue posible gracias al Satélite de Estudio de Exoplanetas en Tránsito (TESS) de la NASA, una misión que continúa ampliando nuestros horizontes sobre los confines de nuestro sistema solar y más allá.
El sistema estelar al que pertenece TOI-715 b podría albergar incluso más secretos, ya que indicios sugieren la presencia de un segundo exoplaneta, de tamaño comparable al de la Tierra. Este posible planeta, designado provisionalmente como TIC 271971130.02, si se confirma, representaría el mundo más pequeño descubierto por TESS dentro de la zona habitable de su estrella. La zona habitable, un concepto crucial en la astrobiología, se refiere a la región alrededor de una estrella donde las condiciones permiten la existencia de agua líquida en la superficie de un planeta, un requisito clave para la vida tal como la conocemos.
Este emocionante desarrollo fue publicado en la edición de enero de Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, con la NASA anunciando el hallazgo el 31 de enero. Según Amaury Triaud, coautor del estudio y profesor de exoplanetología en la Universidad de Birmingham, Reino Unido, TOI-715 b se encuentra cómodamente dentro de la zona habitable, tomando en cuenta las estimaciones más conservadoras y las incertidumbres inherentes a la estrella y el propio planeta.
El tamaño de TOI-715 b juega un papel fundamental en la determinación de su composición y, por ende, su potencial habitabilidad. Los investigadores, incluida Georgina Dransfield, primera autora del estudio, se sorprendieron al descubrir que este exoplaneta no solo reside en la zona habitable sino que también podría ser rocoso. Esta característica es vital, ya que para que las super-Tierras (planetas con masas entre dos y diez veces la de nuestro planeta) sean consideradas rocosas, deben evitar ser demasiado grandes o pequeñas. Demasiado grande, y se asume que son gaseosos, similares a Neptuno o Júpiter, sin una superficie sólida donde la vida tal como la conocemos podría existir.
La posibilidad de que TOI-715 b sea un planeta rocoso abre emocionantes posibilidades sobre su habitabilidad. Sarah Moran, una investigadora que no participó en el estudio pero estudia las atmósferas de los exoplanetas en la Universidad de Arizona, señala que confirmar la masa y el diámetro del planeta es crucial para determinar su naturaleza exacta. Si es predominantemente rocoso, podría ser un candidato prometedor para albergar condiciones similares a las de la Tierra.
Un planeta rocoso y muy grande
Triaud y su equipo están en proceso de confirmar la masa de TOI-715 b para determinar si este mundo distante podría ser un planeta terrestre con agua. Esta investigación no solo desafía nuestras teorías sobre la formación planetaria sino que también contribuye a nuestra comprensión de la diversidad de planetas en el universo.
El Telescopio Espacial James Webb (JWST) representa actualmente la mejor herramienta para estudiar las características de estos exoplanetas lejanos. Sin embargo, se espera que la próxima generación de telescopios terrestres extremadamente grandes ofrezca una visión aún más profunda de estos mundos en los años venideros, ampliando aún más el alcance de nuestra exploración cósmica y nuestra búsqueda de vida más allá de la Tierra.
Fuente: Diario de Avisos
