Redacción
Se encuentra en el corazón de la antigua ciudad de Stratonikeia y constituye una de las revelaciones recientes más importantes en Asia Menor. La biblioteca, identificada por sus elementos arquitectónicos y su ubicación junto al ágora, no solo testimonia la vida intelectual en una ciudad provincial del Imperio romano, sino que refuerza la importancia histórica y cultural de Stratonikeia como un centro urbano de primer orden.
La ciudad se convirtió en un destacado centro urbano de Caria, con un desarrollo urbano extenso, una notable monumentalidad arquitectónica y una continuidad de ocupación desde el período helenístico hasta el otomano. Representa un ejemplo excepcional del urbanismo romano adaptado a las particularidades de un entorno local. Así, poseía calles porticadas, un teatro para 15.000 espectadores, un gimnasio monumental, templos dedicados a Zeus y Hécate, y una de las mayores plazas públicas de Asia Menor. Todo ello construido principalmente en mármol blanco extraído de canteras cercanas.
La estructura monumental, que se ha identificado como una biblioteca pública, se sitúa en el centro neurálgico de Estratonice, junto al ágora y otros edificios administrativos. Las excavaciones sacaron a la luz muros perimetrales construidos con sillares de mármol, columnas ornamentadas en estilo corintio y restos arquitectónicos característicos de los edificios destinados al almacenamiento de textos.
Según los investigadores, la construcción muestra claras influencias de la arquitectura típica de Éfeso. Tal hipótesis confirmaría la existencia de una red de intercambio artístico y técnico entre las ciudades de Asia Menor bajo dominio romano.
Las bibliotecas públicas en el mundo grecorromano funcionaban como espacios depositarios del conocimiento y como símbolos de prestigio, civilización y estatus cívico. Su construcción en lugares prominentes del tejido urbano, como el ágora o las inmediaciones del buleuterio (el consejo de la ciudad), respondía al deseo de las élites locales de promover la paideia, el ideal educativo griego adoptado por Roma como instrumento de romanización.
En este sentido, el hallazgo de la biblioteca de Estratonicea confirma que la ciudad, aunque no tan conocida como Éfeso o Pérgamo, poseía una vida cultural activa y un compromiso cívico con la educación.
Aunque los trabajos de excavación aún no han terminado, los informes preliminares indican que la biblioteca tenía una estructura rectangular con columnas interiores que, quizás, sostenían un entresuelo o galería, como sucede en otras bibliotecas similares de Asia Menor. Se han hallado fragmentos de estatuas, restos de estanterías empotradas en los muros y elementos decorativos en mármol tallado, lo que sugiere un diseño cuidado, destinado no solo al uso funcional sino también a causar impresión entre sus visitantes.

Los materiales y las técnicas constructivas apuntan a una datación entre los siglos II y III d. C., una época en que las ciudades de Asia Menor vivían un notable auge económico y cultural bajo el Imperio romano. El uso del mármol blanco local, característico de Estratonicea, otorga una unidad estilística al conjunto urbano. La biblioteca formaba parte de un núcleo administrativo, político y cultural perfectamente integrado en el diseño de la ciudad.
El complejo arqueológico de Estratonicea ofrece así un ejemplo único de cómo las funciones cívicas, religiosas y educativas convergían en un mismo espacio urbano, un fenómeno que pocas ciudades del imperio pueden mostrar con tal grado de integridad.
En este contexto, el descubrimiento de la biblioteca añade una nueva dimensión al perfil cultural de la ciudad. No solo permite profundizar en el papel de la ciudad como centro de producción y transmisión de conocimiento, sino que también enriquece nuestra comprensión sobre la implantación del modelo romano de vida urbana en las provincias orientales del imperio.
Fuente: muyinteresante