Científicos descubren la bioimpresión, donde las células cultivadas se imprimen para formar tejidos y órganos sin necesidad de injertos
Redacción
Los períodos prolongados en microgravedad pueden tener graves consecuencias para el cuerpo humano, ya que pueden provocar atrofia muscular, pérdida de densidad ósea, problemas de visión y cambios en los sistemas cardiovascular, endocrino y nervioso. Entre otras.
Sin embargo, al mismo tiempo, los científicos han descubierto que la microgravedad puede desempeñar un papel clave en el futuro de la medicina. Esto incluye la bioimpresión en el espacio, donde las células cultivadas se imprimen para formar tejidos y órganos orgánicos sin necesidad de injertos. La impresión en microgravedad también garantiza que las frágiles estructuras celulares no colapsen debido a las presiones causadas por la gravedad de la Tierra.
Sin embargo, la medicina espacial también puede tener aplicaciones para la investigación con células madre, que también se benefician de un entorno de microgravedad. Las células madre tienen innumerables aplicaciones en la medicina debido a su capacidad de replicarse y diferenciarse rápidamente en muchos tipos diferentes de células. Basándose en experimentos realizados a bordo de la Estación Espacial Internacional (ISS), los investigadores de la Clínica Mayo en Florida determinaron, en un estudio publicado en Nature, que estas capacidades se mejoran cuando se cultivan en el espacio. Estos hallazgos podrían tener beneficios significativos en el estudio de la prevención y el tratamiento de enfermedades en la Tierra, así como en los tratamientos médicos que se administran en el espacio.
La investigación fue realizada por Fay Ghani y Abba C. Zubair, dos patólogos del Centro de Bioterapéutica Regenerativa y del Departamento de Medicina de Laboratorio y Patología de la Clínica Mayo. Para su experimento, el equipo examinó específicamente el comportamiento de varios tipos de células madre adultas, que gestionan el desgaste normal del cuerpo. Estas células suelen ser cultivadas por los científicos con el fin de investigar enfermedades y desarrollar nuevas terapias. El proceso es desafiante, costoso y lleva mucho tiempo. Pero, Zubair sostiene que el proceso podría simplificarse si se cultivan en laboratorios espaciales.
“El estudio de las células madre en el espacio ha descubierto mecanismos celulares que de otro modo no se detectarían o serían desconocidos en presencia de la gravedad normal – afirma este experto -. Ese descubrimiento indica un valor científico más amplio para esta investigación, incluidas posibles aplicaciones clínicas. El entorno espacial ofrece una ventaja para el crecimiento de las células madre al proporcionar un estado tridimensional más natural para su expansión, que se asemeja mucho al crecimiento de las células en el cuerpo humano.
Ghani y Zubair experimentaron con muchos tipos de células madre adultas y obtuvieron resultados positivos para todos ellos. Esto incluyó mejoras generales en la expansión celular y la estabilidad de la replicación, que continuaron después de que los cultivos celulares regresaron a la Tierra. En particular, notaron mejoras con las células madre mesenquimales (MSC), una clase de células estromales multipotentes que pueden diferenciarse en células óseas, cartilaginosas, musculares y grasas, lo que da lugar al tejido adiposo de la médula ósea, lo que aumenta la densidad ósea.
Cuando se cultivaron en microgravedad, se demostró que estas células eran mejores para controlar las respuestas del sistema inmunológico y reducir la inflamación. “Eso es en comparación con el entorno de cultivo bidimensional disponible en la Tierra, que es menos probable que imite el tejido humano – añade Zubair -. La investigación espacial realizada hasta ahora es solo un punto de partida. Es posible tener una perspectiva más amplia sobre las aplicaciones de las células madre a medida que la investigación continúa explorando el uso del espacio para avanzar en la medicina regenerativa”.
Aunque todavía queda mucho por investigar y realizar, estos resultados son muy prometedores e indican que las células madre pueden cultivarse más rápido y en mayor cantidad en condiciones de microgravedad. Ghani y Zubair confían en que las células madre cultivadas en el espacio ayudarán a tratar las causas más comunes de mortalidad aquí en la Tierra, incluidas las enfermedades cardíacas, los accidentes cerebrovasculares, el cáncer y las enfermedades neurodegenerativas como la demencia, la enfermedad de Parkinson, la esclerosis múltiple (EM) y la esclerosis lateral amiotrófica (ELA).
Fuente: La Razón