Redacción
Es una tortuga boba (Caretta caretta), marcada por la memoria del mar, que ya visitó la costa de Dénia hace dos veranos. Y esta madrugada volvió, con la luna por testigo y la arena como refugio, para entregar al mundo una nueva promesa de vida.
El técnico del Servicio Ambiental y Marino del Ayuntamiento de Dénia, Toni Martínez, fue el primero en acudir. Al llegar, la naturaleza ya había empezado su ceremonia.
Se activó el protocolo de actuación de la Red de Varamientos de la Comunitat Valenciana y el equipo de rescate de la Fundación Oceanogràfic,
Fueron de inmediato a la zona, donde ya se habían personado efectivos de la policía local y del ayuntamiento. Todo el operativo se desarrolló de manera coordinada y con la máxima eficacia, porque todos estaban aguardando que aquello ocurriera.
Desde el Oceanogràfic de Valencia llevan años realizando labores de seguimiento y estudio de las tortugas que se aproximan a nuestras costas, y no dejan de sorprenderse ante la fidelidad que muestran algunas de ellas al acudir siempre a la misma playa.
La respuesta estaría en un rasgo de su comportamiento al que los científicos denominan filopatria. Al parecer, estos quelonios tienen el hábito, anclado en su registro atávico, de regresar a la misma playa donde nacieron una vez alcanzada la madurez sexual para realizar en ella sus propias puestas. Una madurez que empiezan a alcanzar cuando cumplen quince años. Y aquí es donde empieza a darse la magia que envuelve a esta noticia.
Porque la tortuga boba que desovó el pasado sábado en la playa de Marineta Casiana de Dénia es la misma que en 2023 realizó otras tres puestas en otros tantos nidos: todos ellos en la misma playa. El equipo de vigilancia la bautizó con el nombre de ‘Diana’ y sabemos que es ella porque, tal y como se hace con todos los ejemplares que eligen nuestras costas para anidar, se le implantó un microchip a fin de identificarla en caso de regresar y procurarle una mayor protección.

Conociendo su querencia por este rincón de la costa alicantina, por su querida playa de Dénia, probablemente el mismo lugar en el que nació hace alrededor de quince años, Diana ha sido equipada esta vez con un emisor satelital, absolutamente inocuo para el animal, que permitirá al equipo de seguimiento tener un conocimiento detallado de sus movimientos y detectar si vuelve a emerger hasta la arena para realizar nuevas puestas
Según los expertos, este primer nido de la temporada confirma la consolidación de las playas valencianas como zonas de nidificación preferente para la tortuga boba. Un fenómeno en aumento que, además de la filopatria, está vinculado a factores como el cambio climático y el consecuente aumento de la temperatura del mar, así como a la adaptación de las tortugas marinas a las nuevas condiciones ambientales de los mares.
Fuente: elconfidencial