Dejó su taller en Dakar para emigrar a Europa y se ha ganado la vida como vendedor ambulante y camarero
Redacción
Demba Diop es un joven senegalés que llegó a Málaga hace 12 años. En su país era sastre, pero aquí se ha ganado la vida como vendedor ambulante y camarero. Recientemente se ha presentado a la pasarela Benalmádena DModa y ha ganado el concurso. Ahora sueña con volver a dedicarse a su oficio a tiempo completo.
En Dakar, la capital de Senegal, Demba Diop tenía un taller donde también formaba a jóvenes costureros. Vino a Málaga a visitar a su hermano y decidió quedarse. Pero pronto comprobó que sería difícil seguir dedicándose a su oficio. Una mujer llamada María que tenía un taller de costura lo contrató y trabajó con ella durante 6 años, hasta que cerró el negocio al jubilarse y decidió regalarse a Demba las máquinas de coser. Él siguió haciendo ropa en casa, compaginando con su trabajo en la hostelería.
Llegó con el sueño de abrir un negocio de costura, pero la realidad se convirtió en un muro infranqueable. Apenas tenía recursos, se encontró con un país en crisis que acababa de pedir un rescate financiero y los problemas burocráticos con su documentación lo ponían más difícil. Cuando se caducó su visado de turista quedó en situación administrativa irregular. Pensó en volver a casa. “Mi hermano me animó a quedarme”, rememora. Se lanzó a la venta ambulante. Caminatas interminables vendiendo gafas de sol en las que, poco a poco, conoció a algunas personas. Gracias a una de ellas llegó al taller de María Doménech, diseñadora que acababa de cerrar su negocio en la ciudad de Málaga para abrir uno más sencillo en un pequeño local de Torremolinos
La decisión de presentarse a la Pasarela Benalmádena DModa ha sido un ante y un después. Demba cree que el éxito radica en la mezcla de influencias africanas y europeas en los vestidos que crea.
A Demba le gustaría poder dejar, en futuro, el trabajo en la hostelería y dedicarse por completo a la costura, para lo que podría necesitar la contratación de una empresa o una red de distribución para vender sus creaciones.
Ahora este sastre ha recuperado la ilusión por el diseño y la costura. Quiere abrir su negocio de moda, pero también valora haber podido volver a la hostelería porque carece de recursos para realizar una inversión y, además, insiste en la importancia de mantener a su familia.
Fuente: elpais.com y canalsur.es