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    ‘Coso’, el anticonceptivo para hombres que usa ultrasonidos

    Redacción

    Una empresa alemana ha lanzado Coso, un método anticonceptivo para hombres que utiliza ultrasonidos y tiene una eficacia de unos seis meses. Parece un cargador de teléfono sin cables o un altavoz inteligente no es ni una cosa ni la otra. Si colocas tu teléfono en ese suave hueco oval no se cargará. Pero si eres hombre, lo llenas de agua y pones el escroto dentro como si fuera una bolsita de té durante unos minutos, dejarás de producir esperma durante un par de semanas.

    Se trata de un diseño de Rebecca Weiss, que acaba de ganar el prestigioso premio de diseño James Dyson Award por este dispositivo que utiliza ultrasonido para paralizar temporalmente el funcionamiento de los testículos. Es decir, un anticonceptivo masculino no permanente que no requiere un incómodo globo de látex y no requiere intervenciones quirúrgicas. O, aún más importante, que la mujer sea la que tenga que sufrir el efecto continuado de las pastillas hormonales.

    Todavía no ha sido probado en estudios clínicos con humanos, sólo en animales, pero Weiss ha basado el Coso en dos cosas. La primera, un estudio científico patrocinado por la Parsemus Foundation, una organización sin ánimo de lucro dedicada a financiar investigaciones de ideas arriesgadas cuyo objetivo sea la mejora de la calidad de vida de humanos y animales. Ese estudio — publicado en 2012 — asegura tener datos de pruebas que demuestran que la técnica anticonceptiva de los ultrasonidos funciona con animales.

    La segunda es otro estudio entre 422 participantes masculinos a los que preguntó su opinión sobre un producto de estas características. 25 de estos hombres trabajaron con ella en sesiones de tormentas de ideas para el diseño del producto. Weiss dice que luego se reunió con expertos en sexualidad, psicología y urología para evaluar las ideas que resultaron en los prototipos físicos que luego sometió a prueba.

    El resultado es el que se puede ver en este artículo: una especie de tazón con un corte ovalado — para que sea fácil colocar el aparato dentro del aparato — que contiene la circuitería necesaria para controlarlo, incluyendo el módulo de generación de ultrasonido.

    Usarlo es muy sencillo: sólo hay que llenarlo de agua, esperar a que la luz indicativa de operación se active e introducir el escroto dentro hasta que Coso te indique que debes sacarlo. A partir de ese momento, y si realmente llega a funcionar, un hombre tendría dos semanas para hacer la caidita de Roma sin consecuencias graves (y no me refiero a que la infertilidad tenga fecha de caducidad sino a los embarazos no deseados).

    Según Weiss, la facilidad de uso y aplicación de Coso es su mayor ventaja. “Coso ofrece un método anticonceptivo amigable y fácil de aplicar sin ninguna intervención, dolor o efecto secundario”. Estas dos últimas son, en muchos casos, el efecto de las pastillas anticonceptivas que las mujeres tienen que tomar para evitar el embarazo (entre otros métodos). El mundo del anticonceptivo masculino, sin embargo, sigue reducido en su mayor parte a la vasectomía y al condón.

    Fuente: El Confidencial.