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    Un analgésico con los beneficios del cannabis y sin contraindicaciones

    Redacción

    En un esfuerzo por desarrollar una alternativa más segura y eficaz, un grupo de investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis y la Universidad de Stanford ha diseñado un compuesto que imita una molécula natural presente en la planta de cannabis. Este nuevo fármaco aprovecha las propiedades analgésicas de dicha sustancia sin generar adicción ni provocar efectos psicoactivos en los ensayos realizados con ratones.

    Si bien es necesario continuar con las investigaciones, los primeros resultados sugieren que este compuesto podría convertirse en un analgésico no adictivo con el potencial de aliviar el sufrimiento de todos aquellos que padecen dolor crónico. El estudio ha sido publicado en la prestigiosa revista científica Nature el pasado 5 de marzo.

    Susruta Majumdar, doctora en Farmacología y profesora de Anestesiología en la Universidad de Washington, quien lidera la investigación, explica: «Existe una necesidad urgente de desarrollar tratamientos para el dolor crónico que no generen adicción, y este ha sido uno de los principales objetivos de mi laboratorio durante los últimos 15 años» y añade: «El compuesto diseñado se adhiere a los receptores que reducen el dolor en el cuerpo, pero por diseño, no puede llegar al cerebro».

    Los opioides actúan mitigando la percepción del dolor en el cerebro y alterando el sistema de recompensa, lo que provoca una liberación de dopamina asociada a una intensa sensación de placer. Este mecanismo es el responsable de su alto potencial adictivo. A pesar de las constantes advertencias de las autoridades sanitarias y la atención mediática sobre los riesgos de su consumo, el número de muertes por sobredosis sigue siendo alarmante.

    «A lo largo de la historia, el ser humano ha utilizado la marihuana como remedio contra el dolor», señaló Robert W. Gereau, profesor de Anestesiología y director del Centro de Medicina del Dolor de la Universidad de Washington en St. Louis, quien participó en la investigación. «Los ensayos clínicos han evaluado su eficacia como analgésico a largo plazo, pero los efectos psicoactivos del cannabis han supuesto una limitación importante para su uso terapéutico. Sin embargo, hemos logrado superar ese obstáculo».

    El compuesto evita los efectos secundarios psicoactivos, como los cambios de humor, y no es adictivo porque no actúa sobre el centro de recompensa del cerebro

    Las propiedades psicoactivas de la marihuana se deben a la presencia de cannabinoides, unas moléculas que interactúan con un receptor denominado CB1, presente en la superficie de las células cerebrales y en las neuronas encargadas de detectar el dolor en el organismo.

    En colaboración con investigadores de la Universidad de Stanford, Vipin Rangari, investigador postdoctoral en la Facultad de Medicina de WashU y coautor principal del estudio, diseñó una versión sintética de un cannabinoide con una carga positiva. Esta modificación impide que la molécula atraviese la barrera hematoencefálica y llegue al cerebro, pero le permite actuar sobre los receptores CB1 situados en otras partes del cuerpo. De este modo, lograron que el compuesto solo se dirigiera a las células nerviosas implicadas en la percepción del dolor sin generar efectos secundarios que alteraran la conciencia.

    Analgésicos. Foto: ANTONI SHKRABA

    Uno de los problemas de muchos analgésicos, especialmente los opioides, es la tolerancia que el organismo desarrolla con el tiempo, lo que obliga a aumentar las dosis para mantener su efectividad. En este estudio, el cannabinoide modificado demostró ofrecer un alivio prolongado del dolor sin que los animales mostraran signos de tolerancia, a pesar de haber recibido dos dosis diarias durante nueve días. Este hallazgo refuerza la hipótesis de que la molécula podría convertirse en una alternativa terapéutica viable para el tratamiento del dolor crónico sin los riesgos de adicción asociados a los opioides.

    La eliminación de la tolerancia del compuesto fue el resultado del diseño a medida. Los colaboradores de Stanford realizaron un sofisticado modelado computacional que reveló una cavidad oculta en el receptor CB1 que podría servir como un sitio de unión adicional. La cavidad oculta, confirmada por modelos estructurales, conduce a una actividad celular reducida relacionada con el desarrollo de tolerancia en comparación con el sitio de unión convencional, pero se consideraba inaccesible para los cannabinoides. Los investigadores descubrieron que la cavidad se abre durante períodos cortos de tiempo, lo que permite que el compuesto cannabinoide modificado se una, minimizando así la tolerancia.

    Fuente: eldebate