Sign Up To The Newsletter

Lorem ipsum dolor sit amet, consectetuer adipiscing elit, sed diam nonummy nibh euismod tincidunt ut laoreet

    Campesinos mayas mejoran su vida y el policultivo de la milpa

    ‘Milpa para la Vida’ beneficia a agricultores participantes en 10 comunidades de Yucatán y otras dos de Campeche

    Redacción

    La indígena maya María Bacab se considera a sí misma “guardiana de las semillas”, por cuidar la milpa, un ancestral policultivo mesoamericano que mezcla maíz, frijol, calabaza y algún otro vegetal y fomentar su práctica y consumo en México.

    “Trabajaba desde chiquita con mis padres, aprendí con ellos. La milpa es beneficio, porque no compramos maíz. Me gusta, porque lo hacemos desde niñas”, relató a IPS en la comunidad de X’box (la negra, en lengua maya), en Chansinkin, un municipio del estado de Yucatán, en el sureste de México.

    La campesina intercala labores del cuidado familiar con la agricultura. Luego de cocinar el desayuno y llevar a sus hijos a la escuela, Bacab, de 41 años, divorciada y con siete descendientes, labora en su parcela de una hectárea, regresa a las 11 de la mañana para atender a sus hijos que van a la escuela secundaria, para luego volver a la siembra. Sus tres hijos mayores colaboran en la plantación.

    Bacab es la única mujer en un grupo de 11 productores de la milpa en X’box y que almacenan e intercambian semillas. Seleccionan las mejores y las guardan por un año, lo que les permite estar preparados para situaciones como escasez, pérdidas por inundación o sequía. En el municipio operan al menos dos bancos de simientes. «Necesitamos el maíz para alimentarnos, producirlo es lo que hacemos. No podemos quedarnos de brazos cruzados”, afirma Leonardo Puc.

    Cada campesino del grupo siembra diferentes variedades, para que persistan múltiples opciones maiceras, entre ellas varias resistentes a la sequía, y algunos tienen apiarios para la venta y el autoconsumo. Han adoptado semillas del sureño estado de Chiapas y las suyas han llegado al vecino Campeche, con el que comparte la península de Yucatán, junto con el estado de Quintana Roo.

    GERMINACIÓN

    El proyecto Milpa para la Vida, que ejecuta la organización no gubernamental estadounidense Heifer International desde 2021, con financiamiento de la también estadounidense Fundación John Deere, promueve la mejora de los colectivos milperos como el de X’box.

    La iniciativa es una de varias en Yucatán que busca la defensa del territorio y la oferta de opciones económicas en el medio rural. Persigue el aumento de ingresos en al menos 19 %, el incremento de la productividad de la milpa en al menos 41 % y el alza de la cantidad de tierra bajo manejo sostenible en 540 hectáreas entre los agricultores participantes en 10 comunidades de Yucatán y otras dos de Campeche.

    La mamá de la maya Flora Chan compraba y criaba gallinas y por ello no le resultó desconocido el programa de productoras de huevo de aves libres de jaulas al que ingresó en 2020 para mejorar su economía familiar. “Cuando empezamos, costó mucho, porque la gente no conocía nuestros huevos. Ahora compran todos los días”, declaró al periodista en el patio de su casa en el municipio de Maní (donde todo ocurrió, en maya), cercano a Chacsinkin.

    Chan, soltera y sin hijos, posee 39 gallinas y quiere tener más. Cada día recoge entre 40 y 50 huevos. Limpia el gallinero temprano, revisa agua y alimento y el ritmo de producción. Además, teje textiles y supervisa 100 colmenas de abeja melipona sin aguijón, una especie endémica de la región y cuya miel es de preciado valor. Un grupo de 217 productoras, de las cuales hay 19 en Maní, formaron el Colectivo Kikiba (algo muy bueno, en maya) y cuyo sello, una gallina, va en cada unidad.

    Fuente: ipsnoticias.net