Redacción
Los restos del pasado no solo nos cuentan cosas que sucedieron hace miles de años, sino que también despiertan nuestra curiosidad, dando lugar a montarnos nuestras propias historias alternativas.
Por ejemplo, ¿qué historia, vida o acontecimientos habrá detrás de este zapato en perfecto estado que ha aparecido en las montañas de Altai en Siberia?
Con 2.300 años de antigüedad, esta bota de piel perfectamente labrada y adornada y que presenta una amplia gama de colores rojizos, podría ser parte del atrezzo o el vestuario de una película o una serie de tintes épicos.
Sin embargo, perteneció a un nómada de los pueblos escitas, nombre dado a los miembros de un grupo de pueblos de origen iranio, caracterizados por una cultura basada en el pastoreo y en la cría de caballos de monta.
Los arqueólogos y arqueólogas rara vez se encuentran con restos antiguos que han sobrevivido miles de años en condiciones casi perfectas. En 1948, se descubrió una bota de mujer con patrones intrincadamente deslumbrantes en las montañas Altai de Siberia, junto con otros hallazgos importantes que incluyen joyas, alimentos y armas.
Se cree que este impresionante zapato tiene 2.300 años y presenta una suela elaborada hecha de cuero rojo suave, así como un diseño geométrico cosido con cristales de pirita y cuentas negras.
Además, los investigadores ubican el hallazgo en las montañas de Altai, uno de los túmulos funerarios de los escitas, lo que explica la existencia de muchos otros objetos y ropa que se encuentran cerca de la bota.
Al igual que otras civilizaciones antiguas, era costumbre que estos nómadas enterraran a sus muertos con lo esencial para ayudarlos a viajar al más allá. Los escitas solían construir estructuras similares a cabañas de madera en lo profundo del suelo para albergar a sus muertos, donde cada cuerpo se colocaba dentro de un ataúd de troncos repleto de sus posesiones.
La exquisita pedrería en la suela del zapato de cuero ha despertado mucha curiosidad y especulación. Según los historiadores, los escitas a menudo socializaban frente al fuego mientras estaban sentados de rodillas, por lo que los detalles en la suela de los zapatos serían visibles para los demás y, por lo tanto, un aspecto importante del atuendo de una persona.
Algunos teóricos proponen que la bota se hizo exclusivamente para el entierro, lo que explicaría el estado inmaculado de la suela. Este espectacular zapato ahora es parte de la colección de antigüedades del Museo Hermitage de San Petersburgo, Rusia.
El permafrost de las montañas de Altai ha preservado la bota durante siglos para que ahora despierte nuestra curiosidad y haga volar nuestra imaginación.
Fuente: http://culturainquieta.com