Redacción
El pasado mes de noviembre, el empresario Borja Castro decidió abrir una cafetería, en la que el punto fuerte son los bocadillos típicos de Canarias que nunca fallan a la clientela. De pollo, de carne mechada, de pata… También de serrano con queso manchego y tomate rallado (otro clásico). Hasta ahí, podríamos hablar de una de tantas cafeterías con este perfil que hay por muchos lugares de las Islas. Sin embargo, este negocio tan canario tiene tintes extranjeros, pues está ubicado en Liverpool.
“Tenía claro que quería tener una cafetería como cuando te sientas a tomar una pulguita en tu bar de confianza y hablas con Paco el del bar y te peleas porque eres del Barça, porque el Tenerife perdió y hay que echar a Ramis…”, explica entre risas Borja a Atlántico Hoy. “Quería lo que tenemos en Canarias, en donde la gente vuelve y te considera su bar. Y lo he conseguido. No solo con españoles que viven aquí”, agrega.
Así, Borja, propietario del Castro’s Liverpool, en 8A Hackins Hey, L2 2AW (por si el lector viaja a la ciudad), señala que este concepto era algo que “nunca había visto en los años que llevo aquí”. Concretamente, 12, aunque con alguna ida y venida.
Este aventurero de La Cuesta, Tenerife, llegó a la ciudad de los Beatles en 2011. “Dejé mi trabajo, que era de agencia de aduanas. Aquí conocí a Miguel Queipo, trabajamos juntos en un restaurante y al volverme a Canarias al año, él abrió un restaurante, que es famoso aquí y se ha hablado mucho en Tenerife, porque también es chicharrero. El de la mejor pizza de Inglaterra. Amalia Restaurant”, contextualiza.
El regreso
Asimismo, comenta que siempre le dijo a Miguel que no había cafeterías y había que abrir una. “Con la máquina de cortar la chacina, con la máquina de café… Los españoles me lo dicen mucho, que cuánta falta hacia esto, pero también vienen ingleses. Estoy consiguiendo que repitan”, insiste Borja.
“Me convenció para que volviese y fuese a trabajar con él”. Fue en 2016 y ocupó el puesto de encargado en el popular restaurante de Amalia. Sin embargo, en septiembre del año pasado dijo basta a la hostelería. “Estaba quemado de trabajar los fines de semanas, días festivos, por la noche… Tenía pensado no volver a trabajar en hostelería nunca más en mi vida”, reconoce Borja Castro.
Pero la vida da muchas vueltas. A Borja le ofrecieron un local. “Fui a verlo por compromiso teniendo claro que no lo iba a coger. Según abrieron la puerta, aquello era un desastre y no había por donde cogerlo. Me cambió la cara y me lo quedé”, confiesa entre risas. “Era tan desastre que me dije de echarle un par para sacarlo para adelante”. Hoy, ese lugar se ha convertido en único en apenas dos meses.
Por todo ello, se muestra “muy contento” y comparte que su novia Natasha, natural de Liverpool, al principio “estaba preocupada sobre qué iba a hacer en el local. Qué iba a cocinar, porque yo no cocino, que menú…”, a lo que Borja respondía determinado. “No te preocupes”, yo me encargo”.
Recetas clave
Al final, relata el tinerfeño, son “muchas noches sin dormir” para llevar a cabo la idea. “Horas hablando con mi madre, con mi tía y con mi abuela sobre cómo hacer la carne mechada y pensando qué bocadillos me gustan a mí: de pata de toda la vida, de mechada, unas papas con mojo… Lo que me gusta a mí es lo que voy a tener en el menú”, concluyó tras la fase creativa. “Es una carta españolizada, pero la mayoría son cosas canarias. Como si vas al Bar Imperial”, relaciona respecto al popular bar santacrucero.
Sobre cómo consigue la materia prima para hacer un bar señero de Canarias, Borja Castro resalta que en Inglaterra “Amazon funciona 300.000 veces mejor que en el Archipiélago por razones obvias” y que por ahí encuentra casi todo, “aunque es verdad que cuesta el doble”. Además, cuando pasa por Tenerife se trae la maleta llena. “Tengo en la nevera almogote, que quiero hacer cositas”, ejemplifica. “Para la carne mechada lo que hago es que un carnicero de aquí tiene una carne muy buena y la cocino yo. Para la pata, la hago al horno con sal y fuera”.
Respecto a la oferta líquida, además de la estrella del barraquito. Borja expresa que “buscando, buscando, conseguí vino Tajinaste en Reino Unido. También estoy pendiente de Bodega Reverón. También vendo Estrella Galicia y cerveza Dorada lo intenté, pero en Inglaterra no tengo a nadie quien me lo proporcione. Con lo del Brexit está todo muy complicado. Sobre todo, con la comida y el alcohol”, apostilla.
¿Nuevas aperturas?
A pesar de llevar poco más de un mes y medio, ha sido tan bien recibida la apertura del Castro’s que ya le animan, futuros clientes y hasta su pareja Natasha, a aventurarse con un segundo local. “Ella es muy positiva y yo también, pero tengo los pies en el suelo. Vamos pasito a pasito. ¿Me gustaría abrir otro local? Sí, pero no quiero perder el trato con los clientes. Además, a mí me cuesta decirle a otro que haga las cosas por mí. Me encantaría que todo fuera estupendo y que se vendiera todo y que en uno o dos años poder tener otro y el tercero en Tenerife, de cabeza. O abrir tres o cuatro aquí y vivir allá”, fantasea para finalizar.
Fuente: Atlántico Hoy