El proyecto pretende desarrollar una nueva generación de infraestructuras marítimas capaces de tener un impacto positivo en el medio ambiente durante su ciclo de vida
Redacción
El Instituto Valenciano de Competitividad e Innovación (Ivace+i) colabora en el desarrollo de nuevos diques de hormigón sostenible, fabricados con cenizas del volcán de La Palma y restos de paja del arroz, para favorecer la colonización de la flora y fauna marinas.
De este modo, se reduce la huella de carbono de los diques y protecciones portuarias hasta un 35 %, y se podrán crear arrecifes artificiales con una rica vida submarina, según han informado este sábado fuentes de la Generalitat.
El Ivace+i financia mediante su convocatoria de ayudas en concurrencia competitiva esta iniciativa, denominada Living Reefs y coordinada por la empresa Rover Maritime, que da continuidad a la línea de trabajo iniciada con el proyecto Living Ports, también respaldada por la Generalitat.
A los socios originales del primer consorcio, el Instituto de Investigación en Medio Ambiente y Ciencia Marina de la Universidad Católica de València y el Instituto de Ciencia y Tecnología del Hormigón de la Universitat Politècnica de València, se han sumado ahora el departamento de Ingeniería Mecánica y Construcción de la Universitat Jaume I y la empresa Ingeniería Avanzada de Obras (Ingeomar).
El proyecto pretende desarrollar una nueva generación de infraestructuras marítimas capaces de tener un impacto positivo en el medio ambiente durante todo su ciclo de vida, para lo que se fabrican hormigones con una huella de carbono reducida que, una vez sumergidos, generan nuevos ecosistemas marinos de especies autóctonas donde se implantan.
La iniciativa incorpora cambios sustanciales en la composición y el diseño de las infraestructuras para proporcionar a las especies autóctonas un hábitat similar al que ofrecen las costas no alteradas. En la práctica, se pretende transformar estos espacios inhóspitos en zonas con una alta riqueza biológica y completamente integrada en el medio natural.
Desde el punto de vista del diseño, la presencia de rugosidad, túneles y oquedades promueven el asentamiento y crecimiento de flora y fauna marina de manera rápida sobre los bloques de este material. El objetivo es que se asemeje lo máximo posible a una roca natural.
En la composición del hormigón se emplearán desechos agrícolas, como la paja del arroz, y cenizas del volcán Tajogaite, de La Palma, que está disponible en grandes cantidades y sobre la que se ha comprobado su potencial para formular hormigones
En los últimos meses se ha trabajado en la optimización de la mezcla de componentes para obtener ecohormigones que cumplan con las necesidades de resistencia del material, y se han diseñado, fabricado e instalado en el Puerto de Sagunto prototipos a escala real para analizar sus beneficios, las diferencias de colonización entre los diferentes tipos de hormigón, y entre la superficie y el fondo marino.
Fuente: Diario de Avisos