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    Bask Brand, moda con valores éticos

    Redacción

    Bask Brand no es solo una marca que cree en la moda como herramienta de transformación social, va mucho más allá de simples prendas. Su ropa y las personas que las fabrican son tratadas con respeto y a su vez, respetan el entorno que las rodea. Por ello, más que una firma de ropa sostenible al uso se define como una enseña que apuesta por la moda como herramienta de transformación social y que aspira a concienciar a la sociedad para ser más respetuosas con el planeta y con las personas.

    Con esta filosofía, Mikel Izurieta, Maddi Bercianos y Jon Kareaga, impulsores de esta firma vasca, comercializan prendas fabricadas con valores éticos y que busca alejarse del fast fashion para generar ‘espacios seguros’ dentro de este competitivo mundo. Estos tres jóvenes cruzaron sus destinos en el grado de Liderazgo Emprendedor e Innovación de Mondragón Unibertsitatea, donde planificaron un viaje hace tres años a Bangladesh para grabar un documental sobre la industria de la moda, seis años después de la tragedia de Rana Plaza.

    Los impulsores de la marca Bask Brand.

    Fruto de esta aventura, nació la semilla de Bask Brand: “Imaginábamos que iba a ser duro, pero lo que vimos, experimentamos y sentimos, nos marcó de por vida”, explican. “Conocimos la historia de Rana Plaza, donde el 24 de abril de 2013 murieron más de 1.135 personas que hacían que podamos comprar camisetas por 5 euros. Lo que nos ahorramos en ropa, se paga con vidas a miles de kilómetros”, relatan en su web.

    Solo hemos recibido halagos, incluso de marcas grandes cuyos creativos y directores de marketing nos han escrito para felicitarnos

    Jon Kareaga

    “Demostrar que la moda es una herramienta de transformación social a partir de la concienciación sobre los daños medioambientales, sociales y mentales del consumismo”. Así resume Kareaga, responsable de comunicación de Bask, los objetivos de esta enseña radicada en el País Vasco. 

    Sostenibilidad

    Y es que Bask Brand es ya un referente de sostenibilidad en España, siendo una de las primeras en publicar todos sus costes de producción o de evitar reproducir el imperativo capitalista de: “¡compra!”. Para ellos, la sostenibilidad no solo tiene que ver con usar materiales que no dañen el planeta, sino también con la justicia climática en el sentido de no dañar a los países más afectados por el cambio climático, ser un espacio seguro para los colectivos oprimidos, ser transparentes y dar una comunicación responsable y, por último, tener una sostenibilidad económica para evitar su autoprecarización. 

    “Algo cobramos, pero todavía no vivimos de ello”; responde Jon al ser preguntado por si ya pueden dedicarse al 100% a Bask. Sin embargo, han realizado diferentes campañas de concienciación: la recogida de plásticos del océano, un crowfunding para crear un taller de costura social o cerrar su web durante el Black Friday para hacer reflexionar sobre el impacto climático de estas fechas.

    Realidad del fast fashion

    La industria de la moda es la responsable del 24% de los pesticidas más utilizados en el mundo y a nivel social encontramos realidades muy diferentes dependiendo el país donde pongamos el foco. “En Bangladés, por ejemplo, hemos visto a niños de entre 9 y 16 años trabajando en las fábricas por dos dólares el día durante más de 10 horas al día. Tenemos aquí un problema sistémico donde los fabricantes, gobiernos y consumidores tienen su responsabilidad”, afirma Jon en una entrevista para El Diario.

    Jon Kareaga es activista medioambiental, además de impulsor de la marca.

    Bask Brand presume de concienciar al consumidor. “Lo que primero decimos es no compres si no necesitas”. Si necesitas, elige de una forma sostenible y responsable. Creemos y queremos que Bask sea una de esas opciones. Venderíamos mucho más con el discurso del ‘¡Compra, compra!’, pero no seríamos coherentes por mucho material ecológico que usemos. Por eso consideramos tan importante la transparencia y el modelo de negocio en esta industria”, explica. 

    Lo que primero decimos es no compres si no necesitas

    Bask Brand

    Como marca asegura que han encontrado problemas a la hora de ser sostenibles. “En un inicio llevamos la producción a un taller de Mataró, donde vimos la realidad de las condiciones laborales y rompimos nuestra relación con ellos. No siempre detrás de la etiqueta ‘Made in Spain’ hay sostenibilidad. Este proceso nos ha ayudado a definir la sostenibilidad. Nosotros la englobamos alrededor de la transparencia en toda la cadena de producción. Fuimos los primeros en el país en poner desglosados todos nuestros costes de producción y explicar por qué una sudadera nuestra vale 64 euros. Ponemos hasta las coordenadas de donde se fabrica. Ha habido más marcas que han puesto sus costes de producción en sus páginas. Con estas cosas podemos hacer que la industria de la moda cambie”. 

    Kareaga subraya que “hicimos una campaña de crowfunding con la que conseguimos viajar a Bangladés para crear un taller de costura social allí. Nace de la idea de la justicia climática, de la necesidad de sostenibilidad en cuanto a que los habitantes de los países más desfavorecidos es también donde más afectan las consecuencias de la crisis climática. Queríamos crear empleo sostenible y con condiciones laborales justas allí a partir de un trabajo que ya saben hacer. Queremos trasladar la producción a una forma local y que la gente de allí sean agentes del cambio, no mandarles nosotros de una forma paternalista y neocolonialista. El problema es que fuimos a principios de 2020 y estalló la pandemia y ahora mismo está parado”. 

    Hicimos una campaña de crowfunding con la que conseguimos viajar a Bangladés para crear un taller de costura social

    Jon Kareaga

    Para estos jóvenes empresarios, “la industria de la moda de lujo es super clasista y súper responsable de generar estereotipos en base a sus intereses económicos. Es un antónimo de lo que queremos conseguir teniendo en cuenta cómo vemos nosotros la sostenibilidad. La moda de lujo no tiene en cuenta el planeta, los consumidores ni a la mayor parte de sus trabajadores. No podemos considerarlos aliados”, alegan. 

    Bask es una marca rebelde a la que le gusta posicionarse en contra de las normas preestablecidas en la industria de la moda y proponer alternativas. “Esto nos ha convertido en la ‘mosca cojonera’ que molesta a la industria para decirles “oye, soy una marca pequeña pero quiero reescribir esas normas”. Estamos muy orgullosos del impacto que han tenido nuestras campañas como el cierre que hicimos en Black Friday al que muchas enseñas se unieron o la transparencia radical que defendemos. A nivel estatal somos los primeros en poner todos los costes tan claros en nuestra web, algo que también han hecho posteriormente otras marcas. Para nosotros eso es transformar la industria de la moda y lo estamos consiguiendo”, concluye.

    Fuentes: Jon Kareaga / La cara buena del mundo