Los ex jugadores Manute Bol y Luol Deng, culpables del éxito del país africano
Redacción
El 2 de septiembre ha sido un día histórico para Sudán del Sur, ya que el equipo africano logró llegar a los Juegos Olímpicos por primera vez en la historia de la nación. Todo esto no habría sido posible sin Manute Bol y Luol Deng.
Luol Deng, exjugador de los Chicago Bulls, desde que fue nombrado presidente de la Federación de Baloncesto de Sudán del Sur, lo dio todo por su país y expresó su agradecimiento en una rueda de prensa tras la histórica victoria contra Angola. “He estado haciendo campus de baloncesto desde que llegué a la NBA en 2004-05. Desde que hice campamentos en Australia, Estados Unidos y en toda África cada verano, nunca me he saltado un verano. Mientras hacía eso, hice muchos campamentos con niños de Sudán del Sur. Sabía que incluso antes de retirarme había mucho talento en muchos niños de Sudán del Sur. Al igual que yo, representaba a otro país y terminaron jugando para otros países”.
“A lo largo de mi carrera, aunque representé a Gran Bretaña y estoy agradecido por eso, nuestro país estaba pasando por muchas cosas. Hice todo lo que pude para construir este programa de baloncesto. Nunca tuve la oportunidad de jugar para Sudán del Sur. Cuando me retiré, fue mucho más fácil organizarlo porque estaba familiarizado con eso. No fue algo aleatorio. Hubo muchos jugadores que nos representaron en diferentes ventanas que estaban en mis campamentos desde que los creamos. He estado involucrado con las comunidades”.
Este objetivo siempre estuvo ahí para Luol Deng. “Estoy muy orgulloso. Cuando me convertí en presidente de la Federación, les dije a todos que mi objetivo primero era salir de la zona cinco y luego llegar al AfroBasket, a la Copa Mundial FIBA y a los Juegos Olímpicos. Hasta ahora hemos podido lograr todo eso. Para mí es un día especial. Es algo que sabía que era posible hacer y sabía que requería mucho trabajo”, afirmó.
“El crédito es para todos: mi equipo, el presidente de Sudán del Sur por creer en lo que estamos haciendo y el pueblo de Sudán del Sur por apoyarnos. No sólo de nuestro país, sino de todo el mundo. Todos los fans que ven lo que estamos haciendo y lo apreciamos. Hay mucha gente que apoya a Sudán del Sur porque es una historia increíble. No sólo para los sursudaneses y para África, sino en general para el resto del mundo. Es una historia bonita con la que la gente puede identificarse. Es un logro único porque va más allá del baloncesto. Lo que realmente queremos es que todos nos escuchen y conozcan nuestra historia”, añadió Luol Deng.
“Pero también saber que hay una nación joven que va en la dirección correcta. Queremos que la gente nos conozca con una imagen positiva y cambiar la narrativa. Y el baloncesto nos permite hacerlo, incluso mientras estoy sentado aquí. Sé que hoy en día hay mucha gente que está aprendiendo sobre Sudán del Sur, y cuando lleguemos a los Juegos Olímpicos, podremos izar nuestra bandera por primera vez y representar a nuestro país. Las personas de Sudán del Sur siempre han representado otros países o la bandera de los refugiados. Pero este es el comienzo de Sudán del Sur: nuestra presentación al mundo”, comentó el ex jugador de la NBA sobre un nuevo amanecer para el deporte africano.
Primera victoria
Con solo 12 años de vida, el país africano logró su primera victoria en su debut mundialista y crece a pasos agigantados con el recuerdo del gigante que tanto luchó por su independencia.
Cuando alguien nombra a Sudán del Sur, inmediatamente salta un nombre desde el básquet. Y ese sin dudas es el de Manute Bol, el gigante que aterrizó en Estados Unidos en 1983, pero que fue fundamental con su lucha por la independencia de su país.
Esa que no pudo ver en vida, ya que falleció en 2010 y en 2011 Sudán del Sur se declaró su independencia. Y hoy, 12 años después de ese histórico momento, el seleccionado logró su primer triunfo mundialista en su debut en la competencia. Y ya había dado muestras de que estaba cerca en el primer juego ante Puerto Rico, ante el que cayó en suplementario.
Esa que no pudo ver en vida, ya que falleció en 2010 y en 2011 Sudán del Sur se declaró su independencia. Y hoy, 12 años después de ese histórico momento, el seleccionado logró su primer triunfo mundialista en su debut en la competencia. Y ya había dado muestras de que estaba cerca en el primer juego ante Puerto Rico, ante el que cayó en suplementario.
Y es que desde 1983 se desataba una segunda guerra civil del país, que obligó a muchos a irse para poder seguir con vida. Manute fue uno de los que más luchó desde afuera por le independencia y hasta subvencionó al Ejército de Liberación, además de haber sido retenido por el gobierno por tres años. Sin ir más lejos, viajó en pleno conflicto para ayudar, arriesgando su vida cuando era una figura de una NBA que crecía desde lo mediático cada vez más.
Años de luchas
Después de años de luchas, volviendo a Sudán para construir escuelas y hospitales. Hasta sacrificó su propia salud yendo a la zona en pleno conflicto, lo que empeoró su dura enfermedad, por la que terminaría falleciendo un 19 de junio del 2010, poco menos de un año antes de la independencia.
A partir de allí apareció otro NBA, más contemporáneo, que es clave en la actualidad del seleccionado africano, y es ni más ni menos que Luol Deng. El que fue compañero de Chapu Nocioni en los Bulls nació en la tribu dinka y se escapó de la guerra a Egipto, donde Manute Bol, quien más, le enseñó a jugar al básquet. Luego de emigrar a Inglaterra, Deng jugó para el seleccionado británico, pero nunca se olvidó de sus raíces.
Tanto es que ya retirado, asumió como presidente de la Federación de Sudán del Sur en 2019. A partir de allí fue todo crecimiento, siendo hasta entrenador de los partidos que decidieron la histórica clasificación a la Copa del Mundo.
Ahora, con solo 12 años de vida, Sudán del Sur sigue adelante con su sueño y da pelea, como Manute Bol hubiera soñado.
Fuentes: basquetplus / eurohoops